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Con eso de ser madre dos, puedo hacer comparativas, es inevitable. Pero es que además te das cuentas que no todo es blanco ni negro,si no que hay también grises, y que nada sigue un patrón. Lo que te ha ido bien con un hijo, con el otro no y viceversa.
El otro día, no se donde leí, que los bebés que toman papillas tienen problemas a la hora de introducir los alimentos sólidos y que lo mejor es el BLW ( baby led weaning). Yo no digo que no sea bueno, pero hombre llegar a esa conclusión tampoco lo veo del todo acertado. Pienso que es una herramienta más para introducir sólido, y que si tienes tiempo, me refiero, a que no tienes que dejar a tu hijo en la escuela infantil o a cargo de nadie porque tienes que trabajar, está genial. Seguramente si no hubiese tenido que trabajar, lo hubiese intentado, teniendo la teta de complemento, aunque con el miedo que me da lo de los atragantamientos, no se si me veo.
Pero bueno, yo os voy a hablar de mi experiencia en la introducción del sólido con Grulito y Grulita, porque son totalmente diferentes.
Con los dos he introducido la alimentación complementaria a base de papillas, primero de cereales y frutas y luego de saladito.
Pero a Grulito, le costó mucho tomar el sólido, galletas, pan y rosquilletas la verdad que lo manejaba bien, pero los trocitos no era santo de su devoción, le daban arcadas. Se podía comer cualquier papilla, fuera de lo que fuese, de pescado, verduras, carnes varias... pero ¡ojo no le entrara algo menos triturado! Me dio muchos dolores de cabeza, hasta que en la escoleta me dijeron que primero le diera la papilla y luego le diera trocitos del segundo, así es como lo hacían allí y más o menos comía algún trozo, pero vamos, nos costó mucho, pero estaba claro, que más tarde o más temprano lo iba a conseguir, de hecho llega el día en que te ves dando trocitos solamente. Otra de las cosas que me ha enseñado la maternidad, que cada niño tiene su ritmo, así que lo mejor es relajarse.
¿ Y Grulita ? Grulita, yo no se, pero me lo ha puesto más fácil todo, supongo que por ser la segunda y mi experiencia, no me agobio tanto con las cosas. Yo siempre digo que los segundos son supervivientes , porque al tener otro no puedes estar igual de pendiente que cuando solo tienes uno, y se pasa todo más rápido, es una sensación, pero a mi me ha pasado de estar con la niña en la teta y mientras estar preparando los macarrones para tu hijo mayor y cosas así, por lo que no me extraña que todo sea más fugaz, pero eso es otra historia, que me desvío. :-P
Con ella ,empezamos igualmente la introducción de los alimentos con papillas, pero a los doce, trece mese, empezó a rechazarlas, no había forma, ni caseras ni en tarritos. Tenía que estar distrayéndola para conseguir que se comiera el puré, y la verdad acababa con mi paciencia. Hasta que un día dije voy a probar a darle trocitos, porque cuando estaba en la mesa con nosotros , notaba que le llamaba la atención nuestra comida, y le daba cosas y se las comía bien. Así que decidí darle trocitos, y oigan, se acabaron los llantos, y el no querer comer. Lo que pasa que al principio, enseguida se cansaba y comía más bien poco, así que luego me tocaba darle un biberón para complementar. Ahora da gusto verla comer, yo a veces alucino lo bien que gestiona los trozos en su boca, pero no trocitos pequeños, si no trozos grandes, come bocadillitos, la fruta a trozos, la paella ( su plato favorito) con el garrafó y la judía verde,la hamburguesa... cualquier cosa.
Así, que ¿ se puede afirmar rotundamente que los bebés que se le introduce la comida complentaria con papillas, luego tienen problemas con el sólido? Pues sinceramente, creo que no, cada niño es diferente, incluso viniendo de la misma madre jejeje.
Lo que está claro que unos antes y otros más tarde, pero al final todos comen su plato de macarrones como si no hubiese mañana.
¿ Y vosotros, habéis tenido o tenéis problema con la introducción del sólido?