Dentro de poco se acaba el verano, y con él se van muchos placeres que nos aporta el buen tiempo. Uno de esos dulces placeres son los helados.
Ahora que viene el mal tiempo y nuestra garganta se resiente, los helados nos ayudan a cicatrizar y reducir las inflamaciones en las amígdalas (anginas).
Los helados ayudan a fortalecer la masa ósea, y a controlar la tensión arterial.
Son una fuente importante de vitamina B, calcio y proteínas.
Los helados con leche y de yogurt, cubren hasta un 15 por ciento de los requerimientos diarios de calcio.
Los helados artesanales tienen un bajo contenido de grasa, alrededor del 6%, y dicha grasa es apta para diabéticos, ya que retrasa la absorción del azúcar.
Contienen proteínas y vitaminas, como la B1.