Los blockbuster son para el verano

Publicado el 07 agosto 2014 por Albertoiglesiasfraga @revistaroulette

En la obra de teatro de Fernando Fernán Gómez, el padre negaba así la bicicleta deseada por su hijo, postergando su compra, que luego la guerra aún dificultaría más. La frase exacta era muy similar: las bicicletas son para el verano. También existe una película de 1984 dirigida por Jaime Chavarri con Agustín González, Amparo Soler, Victoria Abril y Gabino Diego en los papeles principales. La frase, por supuesto, no es simplemente anecdótica, habla de un tiempo mejor donde es posible lo que no es necesario. Lo contrario al “se acerca el invierno” que tanto vemos ahora por todas partes. Ambas frases son máximas para hablar de lo mismo: las frivolidades, la diversión sin preocupaciones no siempre es adecuada, requieren el periodo correcto.

Me gusta la palabra blockbuster, es uno de esos extranjerismos que parecen haber estado ahí desde siempre. Pero no, antes, no hace ni una década, los críticos utilizaban palabras como “taquillazo” o simplemente “películas de acción”; eso han terminado siendo los blockbusters (o casi), igual que hace unas décadas fueron las películas de romanos.

La palabra en sí es interesante, era utilizada en los años cincuenta para definir un éxito en teatro de tal magnitud que eclipsaba los espectáculos vecinos. El término,como muchos otros, fue rescatado de la jerga militar, y significa literalmente “explota barrios”, en referencia a un tipo de bombas de la segunda guerra mundial. Por cierto, sorprendentemente aún no tiene una página de wikipedia en español.

Los blockbusters ya han adquirido la categoría de género propio, pasando de ser considerados como películas para adolescentes, inmaduros y freaks, a la moda de la época. Pasará, claro, pero por ahora los cines se llenan si la película la apadrina Marvel o tiene los suficientes efectos especiales. Han marcado un antes y un después, posiblemente incluso han sido la salvación de Hollywood, y de seguro han rescatado a unas cuantas productoras o empresas del sector en riesgo de quiebra.

Este tipo de películas ofrece tres cosas: algo fácil de digerir, divertido, y sobre todo espectacular. A esos ingredientes se le ha añadido el ya llamado “efecto Nolan”, que el director de la última trilogía cinematográfica de Batman ha inspirado debido a su uso de tramas más complejas y personajes más elaborados. Un director, al fin, que después de muchos años de sufrir las masticadísimas películas de ciencia-ficción, ha vuelto para recordar a la industria que el público no es tan tonto como lo creen.

Abrimos el verano con la última de los X-men, y le seguirán El amanecer del planeta de los simios, Transformers 4 la era de la extinción, Guardianes de la galaxia y Los mercenarios 3. No está mal para dos meses, y es que en esta estación todos necesitamos un respiro, y no siempre puede ser cine de autor; aunque Ingmar Bergman hubiera cumplido 96 años este 14 de julio, y quizá lo menciono por ser las antípodas de los blockbusters, y porque también merece un hueco este verano.