Hace unos 20 millones de años, durante el Terciario, este tipo de bosques húmedos ocupaban toda la cuenca mediterránea, el norte de África y el sur de Europa, pero tras las últimas glaciaciones y los posteriores periodos áridos, desaparecieron de todas estas zonas quedando recluidos a algunas islas macaronésicas. Las dos formaciones boscosas características del monteverde canario, perfectamente representadas en el Parque Nacional de Garajonay, en la isla de la Gomera, son el Fayal-Brezal y la Laurisilva. El Fayal-Brezal ocupa la franja superior del bosque húmedo y las dos especies más representativas son la Faya (Myrica faya), el Brezo (Erica arborea) y el Madroño canario (Arbutus canarensis).
Para alguien que viene del Cantábrico, acostumbrado a los brezales rastreros, con Ericaceas que en la mayoría de las ocasiones no nos llegan a las rodillas, resulta sorprendente y completamente alucinante ver brezos de mas de 5 o 6 metros de altura, completamente tapizados de líquenes y musgos que se ven favorecidos por la elevada humedad ambiental. Debido a esta abundante cobertura de musgos y líquenes, estos bosques también son conocidos como bosques musgosos.
En el sotobosque abundan los helechos, con 18 especies distintas, que en algunas zonas cubren la práctica totalidad del suelo. La mejor representación de los bosques húmedos canarios se encuentra en el Bosque del Cedro, en pleno corazón de Garajonay. Siguiendo el sendero que parte desde el alto del Contadero se va descendiendo desde unos 1200 m de altitud hasta los 600 m, y a medida que bajamos se aprecia perfectamente la sucesión forestal, desde los brezales de cumbre hasta los bosques de laurisilva de viñatigos (Persea indica) característica de los fondos del valle, pasando por la laurisilva de laderas, donde predominan los laureles (Laurus azorica).
Por el fondo del valle discurre el arroyo del Cedro, el más caudaloso de La Gomera, que hay que cruzar para seguir el sendero hasta llegar a Las Mimbreras y posteriormente a la pequeña ermita de Nuestra Señora de Lourdes. Aun se conserva parte de una antigua presa de piedras, ya parcialmente rota después del paso de los años.
Durante todo el camino se escuchan cantar los pájaros continuamente, siendo la especie mas abundante el Reyezuelo sencillo, que en Canarias tiene una subespecie endémica (Regulus regulus teneriffae). De todas formas, aunque las dos aves estrella de Garajonay son la Paloma rabiche (Columba junoniae) y la Paloma turqué (Columba bollii) destaca la presencia de una riquisima fauna invertebrada, ya que en Garajonay se encuentran mas de 150 especies de invertebrados endémicos.
Sin lugar a dudas el bosque de Garajonay, con sus brezos gigantes y las formaciones arboreas de Fayas y Laureles en un lugar espectacular. Merece la pena perderse por los numerosos senderos perfectamente señalizados que se encuentran por todo el Parque Nacional para luego darse un baño en la playa en pleno mes de diciembre, a escasos kilómetros de estos bosques, donde las nieblas dan paso al sol y los brezos a los cactus y las palmeras.