Es decir, al igual que Artur Mas y los suyos explican claramente cuales van a ser sus actuaciones futuras, ¿por qué el Gobierno no hace eso mismo? A lo mejor tranquilizaba a la gran mayoría de los que estamos con el Estado de Derecho y, de paso, se le quitaban las ganas a algunos de seguir la senda separatista. Pero no, se nos dice que se aplicará la Ley, que existe un plan, pero poco más, por lo que la preocupación entre muchos crece de forma exponencial a las declaraciones de los responsables de las formaciones constitucionalistas. Es verdad que esta semana se han dado pasos en pro de la unidad de los diferentes partidos que defienden a España, pero queda mucho por hacer, pues solo se ha tratado de primeros contactos entre el Gobierno, PSOE y Ciudadanos, sin que haya trascendido mucho más, o al menos esa es la impresión que tenemos la gente normal. Es más, hoy Rajoy ha citado hoy a Albert Rivera y Pablo Iglesias por separado en La Moncloa, para tratar los últimos pasos dados por los separatistas en el proceso abierto en Cataluña. Y no seré yo quien critique al Presidente del Gobierno por reunirse con diferentes líderes de partidos políticos para tratar esta importante cuestión, pero creo que Moncloa se equivoca, pues estos contactos deberían haberse realizado hace meses, de una forma discreta. Ahora lo que se debería haber convocado a esos mismos partidos políticos, que se supone están por la unidad de España, cumbre liderada por Mariano Rajoy, en la que se diera una respuesta política contundente y se explicaran los pasos a seguir de forma clara y definida. Pero claro, el gran problema de este proceso, además del envite separatista, es la indefinición de la izquierda, pues no sabemos de qué pie cojea. Ahí tenemos al PSOE, pactando en Cataluña (y en otras Comunidades) para dar ayuntamientos a separatistas, votando a favor de la independencia en muchos municipios y colgando ‘esteladas’. Y con Podemos más de lo mismo. Así las cosas, ¿se puede fiar Rajoy de Sánchez e Iglesias? Yo creo que no, porque ni sus propias formaciones políticas tienen claro lo que quieren. Así las cosas es muy complicado trazar un plan de unidad frente al separatismo, puesto que en los partidos de izquierda esa unidad no existe. Esperaremos a ver, porque mientras los malos saben lo que quieren, parece que los buenos juegan una partida de póker, y no conocemos sus cartas…
Es decir, al igual que Artur Mas y los suyos explican claramente cuales van a ser sus actuaciones futuras, ¿por qué el Gobierno no hace eso mismo? A lo mejor tranquilizaba a la gran mayoría de los que estamos con el Estado de Derecho y, de paso, se le quitaban las ganas a algunos de seguir la senda separatista. Pero no, se nos dice que se aplicará la Ley, que existe un plan, pero poco más, por lo que la preocupación entre muchos crece de forma exponencial a las declaraciones de los responsables de las formaciones constitucionalistas. Es verdad que esta semana se han dado pasos en pro de la unidad de los diferentes partidos que defienden a España, pero queda mucho por hacer, pues solo se ha tratado de primeros contactos entre el Gobierno, PSOE y Ciudadanos, sin que haya trascendido mucho más, o al menos esa es la impresión que tenemos la gente normal. Es más, hoy Rajoy ha citado hoy a Albert Rivera y Pablo Iglesias por separado en La Moncloa, para tratar los últimos pasos dados por los separatistas en el proceso abierto en Cataluña. Y no seré yo quien critique al Presidente del Gobierno por reunirse con diferentes líderes de partidos políticos para tratar esta importante cuestión, pero creo que Moncloa se equivoca, pues estos contactos deberían haberse realizado hace meses, de una forma discreta. Ahora lo que se debería haber convocado a esos mismos partidos políticos, que se supone están por la unidad de España, cumbre liderada por Mariano Rajoy, en la que se diera una respuesta política contundente y se explicaran los pasos a seguir de forma clara y definida. Pero claro, el gran problema de este proceso, además del envite separatista, es la indefinición de la izquierda, pues no sabemos de qué pie cojea. Ahí tenemos al PSOE, pactando en Cataluña (y en otras Comunidades) para dar ayuntamientos a separatistas, votando a favor de la independencia en muchos municipios y colgando ‘esteladas’. Y con Podemos más de lo mismo. Así las cosas, ¿se puede fiar Rajoy de Sánchez e Iglesias? Yo creo que no, porque ni sus propias formaciones políticas tienen claro lo que quieren. Así las cosas es muy complicado trazar un plan de unidad frente al separatismo, puesto que en los partidos de izquierda esa unidad no existe. Esperaremos a ver, porque mientras los malos saben lo que quieren, parece que los buenos juegan una partida de póker, y no conocemos sus cartas…