Hablar de la historia de Lycos es referirnos a una de las empresas de internet con más altibajos de la historia y que, a pesar de los continuos cambios que ha experimentado durante su trayectoria, a día de hoy todavía se mantiene viva.
Lycos fue uno de los primeros buscadores de internet. Aunque su origen data de 1995, lo cierto es que su germen fue un proyecto que surgió en 1974, cuando el profesor Bob Davis, de la Universidad Carnegie Mellon, creó su motor de búsqueda.
Lycos se constituyó con Davis como CEO y primer empleado, y su modelo de negocio estaba totalmente basado en la publicidad en las búsquedas (¿os suena de algo?). Por supuesto, de forma complementaria a su buscador, se ofrecía correo electrónico, webhosting, y otros servicios de entretenimiento.
El ascenso de Lycos fue meteórico, saliendo en 1996 a bolsa con gran éxito. En 1997 ya era una de las compañías de internet (o puntocom, como se llamaban entonces) más rentables del mundo, y un año más tarde comenzó un proceso de compra de varias compañías. La más sonada fue la de Tripod, la cual adquirió por unos 60 millones de dólares (una cantidad que, vista hoy en día, resulta ridícula), pero en total adquirió decenas de empresas como Wired.
Al margen de su núcleo en EEUU, Lycos se expandió internacionalmente utilizando un sistema poco ortodoxo de Joint Ventures, esto es, asociándose con compañías locales pero sin llegar a comprarlas o fusionarlas. Una de las más fuertes fue Lycos Europe, que fue una Joint Venture entre ésta y la alemana Bertelsmann.
Al margen de su crecimiento corporativo, Lycos tuvo siempre muy claro que debía labrarse una imagen fuerte de marca, y por eso empezó a utilizar como mascota al inolvidable labrador negro que aparecía por todos lados, incluso en la publicidad del buscador.
Como todos sabemos, Terra (que ya contaba con su portal de contenidos), filial de Telefónica, anunció su intención de comprar Lycos por unos 12.500 millones de dólares, lo que supuso la cifra más alta de la historia en una transacción de este tipo. La intención de Telefónica no fue otra que la de convertirse en la mayor compañía puntocom del momento, dominando el mercado mundial de los buscadores y con la mirada muy centrada en el publico hispano de EEUU. La nueva compañía se llamó Terra Lycos, salvo en EEUU, donde conservó su nombre original.
La idea, objetivo personal de Juan Villalonga, entonces CEO de Telefónica, no era desacertada. En 1999 ya se sabía que todo el contenido iba a pasar por internet, y la única forma de dar valor añadido por parte de una operadora tradicional pasaba por dominar el mundo de los buscadores y/o portales. Además, a estas alturas estaba ya claro que Europa se encontraba, como casi siempre, a la cola de EEUU en cuanto a desarrollo digital, por lo que el plan era, sobre el papel, perfecto.
Poco después, en el año 2000, Juan Villalonga es cesado de Telefónica y entra como CEO César Alierta, quien coloca como presidente de Terra a Joaquim Agut culpable, para muchos, del fiasco en la gestión de Terra Lycos. No obstante y, si bien es cierto que el nuevo presidente no creía, según se dice, en internet, se dieron otras circunstancias que dieron al traste con lo que podría haber sido la operación del siglo.
En primer lugar, a partir del año 2001 pinchó la burbuja de las puntocom, lo que sin duda influyó en la mala marcha de Terra. No hay que olvidar que muchísimas empresas de internet quebraron y otras muchas vieron reducido su valor en bolsa de forma dramática. Esta gran crisis sin duda sorprendió a Terra en plena fusión y le asestó un golpe difícil de aguantar.
Por otro lado, Telefónica nunca llegó a entender cómo funcionan las empresas de internet. El gigante telefónico era (y es, aunque se esfuercen en negarlo), un negocio tradicional, especialmente en aquellos tiempos, en donde primaba, sobre todo, la rentabilidad. Esta filosofía, algo gris y corporativa, chocaba frontalmente con la mentalidad de las start ups, en donde la creatividad siempre es un factor primordial y los beneficios, al menos en los primeros años, no son la prioridad. El caso es que Telefónica nunca entendió que Terra Lycos gastase tanto dinero y entorpecieron muchos proyectos.
Ya en 2002 las acciones de Terra estaban por los suelos y en 2004 se decidió, finalmente, vender Lycos. La compradora fue la coreana Daum Communications Corporation, que la adquirió por unos 95 millones de dólares, es decir, menos del 2% que le costó a Terra sólo cinco años antes.
A partir de 2005 la nueva propietaria decidió reorganizar Lycos y reenfocar su estrategia de negocio. La dominancia de Google empezaba a ser clara, por lo Lycos se enfocó en un portal de contenido multimedia en lugar de basar su negocio en las búsquedas, nicho que estaba ya totalmente perdido. Al mismo tiempo, fue vendiendo varios de sus negocios como Wired, Quote.com y Matchmaker.com.
En los años siguientes, en línea con su apuesta por los contenidos multimedia, fue introduciendo nuevos servicios como Lycos Mix, Lycos Phone, Lycos Cinema y el nuevo Lycos Mail que, siendo sinceros, no tuvieron demasiado éxito. Quizás fuera esta falta de acierto con la nueva política lo que hizo que, en 2009, Daum Communications vendiese Lycos a la india Ybrant Digital por unos 30 millones de dólares (¡dónde quedarían los 12.500 millones pagados por Teléfonica!).
Y la pregunta ahora es, ¿sigue existiendo Lycos? Pues sí, sobrevive, aunque nadie sabe muy bien cómo. A día de hoy Lycos hace las veces de buscador, con una página tremendamente sencilla (al estilo Bing), en donde básicamente aparece una pequeña caja de búsquedas y una foto rotatoria que ocupa casi toda la pantalla. No obstante, se siguen manteniendo algunos de los servicios míticos de la compañía como el correo, Tripod, el chat, dominios y una sección de noticias, entre otros.
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