Las viñas están localizadas en las laderas de las montañas, lo que hace que sea muy complicada su vendimia en donde la espalda de los viticultores es su principal herramienta, aunque cada uno se ha inventado pequeños mecanismos para hacerles la vida un poco más fácil.
En la zona existen diferentes miradores desde donde se pueden visionar los diferentes cañones, además de varias joyas que pertenecen al románico como el Monasterio de Santa Cristina. Mientras paseas en el barco, el guía cuenta diferentes leyendas e historias de la zona que se pueden ver reflejadas en algunas de las rocas del lugar.
Para comer por esta zona os recomiendo el restaurante O Recreo Sardiñeira, probé unas anguilas exquisitas, unas truchas pequeñas y con piel blanca con un sabor muy suave y unas patatas caseras que están para chuparse los dedos. No dejéis de probar sus postres caseros, pudimos degustar una tarta de galletas y yema riquísima y para los amantes de la carne, también tienen una rica barbacoa con un excelente churrasco y chorizo, aunque personalmente me quedó con el pescado. Y lo mejor es el precio que para la cantidad de comida que pides te sale bastante barato, nosotros pagamos 15 euros por persona y salimos hasta con dolor de tripa de todo lo que habíamos comido.
Y para alojaros os dejo esta maravillosa casa: http://www.rectoraldeanllo.com/. Nosotros estuvimos en casa de una amiga en un pequeño pueblo gallego, pero tuvimos la suerte de visitar esta Rectoral y la verdad es que es magnífica, tanto las habitaciones, como las vistas, así como los dueños, así que aquí os dejo este precioso alojamiento por si os animáis a visitar esta preciosa zona.