Caprichos en el ojo de Niemeyer.
Me faltaba subir acerca de la experiencia de estar ante esta excelente exposición –como a las que nos tiene acostumbrado- que trajo el MON: los ochenta grabados del aragonés Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 – Burdeos, 1828), que estuvo de gira por varias ciudades brasileñas, y cerrando aquí en la capital del Paraná antes de retornar a España.
Esta serie fue trabajada con la técnica del aguafuerte, y para los fondos utilizó el aguatinta. Datan de finales del siglo XVIII, entre 1797 y 1799, fue editada en aquel año y puestas a la venta, aunque esto no durara mucho tiempo pues por temor –totalmente justificado- de que la Inquisición se encargue de juzgar el contenido, Goya las retira, y se las ofrece al rey a cambio de una pensión para su hijo. El artista las llamó: “asuntos caprichosos que se prestaban a presentar las cosas en ridículo, fustigar prejuicios, imposturas e hipocresías consagradas por el tiempo.”
A través de este conjunto Goya hace una fuerte crítica a la sociedad de aquel entonces, burlándose de autoridades como el clero y la propia Inquisición; la educación muchas veces severa y drástica; el amor; la prostitución; los matrimonios convenidos; la hipocresía en la gente; sin imaginarse tal vez que poco más de dos siglos después todo esto no mudaría mucho.
Resaltan y atraen aquellas imágenes donde seres fantásticos rodean e incluso son los principales personajes: duendes; demonios; un hombre con cabeza de águila; seres grotescos, deformados, inefables; y en particular aquella estampa donde el proprio autor está entregado al sueño profundo, siendo rodeado por sus demonios.
Esta muestra, que estuvo tres meses (de finales de enero a finales de abril) estará sin duda entre lo mejor de este año 2012 en el MON. Fue una oportunidad única para presenciar la sociedad española de aquel tiempo bajo el prisma de Goya. Y a ver si por aquí llega también la muestra de su compatriota que líneas abajo dejo.
Disparates en el monasterio.
Leyendo acerca del terrible resultado –para variar- que obtuvo la selección el último fin de semana me deparo con la noticia de la exposición “Goya – Dalí: Del capricho al disparate” del siempre admirado Salvador Dalí (Figueras, 1904 – 1989) en uno de los recintos más clásicos en Arequipa, Perú -ciudad a la que con suerte estaremos a finales de año-: el Monasterio de Santa Catalina.
Generalmente las muestras de los diferentes artistas que aquí dejo son de fechas posteriores al cierre de la exposición, y hasta ahora estrictamente de la ciudad en la que estoy, pues mi idea no es informar el inicio de alguna muestra, sino dejar en esta especie de diario lo que podemos apreciar por aquí, tal vez dando a conocer las diferentes muestras de variopintos artistas que aquí llegan y que podrían llegar a la ciudad en la que se encuentren. El MON debe estar entre los mejores museos brasileños y probablemente de Latinoamérica: es demasiada suerte estar en la misma ciudad de esta institución.
Esta muestra de Dalí, que estuvo dos meses en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica (PUCP) de Lima (el vídeo arriba es referente a la exposición en aquel lugar), será expuesta ahora en Arequipa, con entrada gratuita, y tal como lo indica el título tiene mucho que ver con la exposición de Goya expuesta aquí en Curitiba.
Trabajados entre los años 1973 y 1977, con la misma técnica de aguafuerte que utilizó Goya, el maestro catalán plasma su arte sobre los grabados de su compatriota, ¿trastornándolo…? ¿Corrompiéndolo…? ¿Completándolo…? ¿Enriqueciéndolo…? No sé. Es Dalí. Qué otro artista se atrevería a realizar su obra sobre la obra de otro, y de la talla de Goya. Hay que tener los cojones y claro, el talento que tenía Dalí. Y los arequipeños –y quien esté por allá- podrán apreciar esta muestra desde mañana jueves 07 de junio al sábado 07 de julioen la galería del monasterio.
El Monasterio de Santa Catalina de Siena fue inaugurado en octubre de 1580, está (o por lo menos lo estaba en el 2002) en perfectas condiciones: es como estar en una ciudad pequeña pues cuenta con calles empedradas, plazuelas, patios, todo en un área cerca a 20 mil metros cuadrados: una tarde no da para conocerlo y disfrutarlo enteramente.
Gran oportunidad para presenciar el amalgama de Goya y Dalí, bajo las faldas del volcán El Misti. Y ojalá que los del MON con los del Instituto Cervantes aquí nos den esta sorpresa por aquí.