Fabricar armas es legal. Solo unas pocas, como las bombas de racimo, las químicas o biológicas son consideradas inaceptables, al ser imposible argumentar en contra de que su uso afecta tanto a civiles como a combatientes. El resto, incluidas las nucleares, son perfectamente legales y mortíferas. En un mundo en guerra, fabricar armas es un negocio lucrativo. Los conflictos abiertos de Siria, Irak, la franja de Gaza, Ucrania, Yemen, Libia, Sudán, Somalia o la guerra contra el narcotráfico, en México, necesitan abastecimiento continuo de armamento. El resultado provocado por los señores de la guerra en África o por las guerrillas que operan en Latinoamérica es un jugoso pastel a repartir. Carlos Del Castillo nos lo recuerda: “España entró fuerte en ese mercado espoleada por la crisis económica. Es, desde hace años, el séptimo exportador de armas a nivel mundial, solo por detrás de los grandes fabricantes como EEUU, Rusia, China y las potencias militares europeas, Alemania, Francia y Reino Unido. Las grandes entidades bancarias españolas participan en el negocio, lideradas por el BBVA y el Santander. ‘Los bancos, aseguradoras y empresas de inversión españolas han dedicado entre 2011 y 2015 casi 5.900 millones de euros al sector de las armas’, revela Jordi Calvo, investigador del Centre Delàs d'Estudis per la Pau. Autor del informe ‘Los bancos que invierten en armas’, Calvo advierte de que las entidades financieras españolas han apostado claramente por el negocio de la muerte. Apoyándose en el crecimiento de España como exportadora, están ‘poniéndose a la altura de los mayores inversores de la industria armamentística’. Teniendo en cuenta que el ratio de endeudamiento de las empresas de armas es del 73%, similar a la del resto de la industria española, el ‘floreciente negocio armamentístico no solo beneficia a las empresas de armas sino también a los bancos y aseguradoras’, recoge el investigador en el informe. Otra cosa es la proliferación de armas y el uso que se hace de las mismas. El informe Exportaciones españolas de armamento 2006-2015, elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau revela que estas ventas han representado el 4,4% de las exportaciones mundiales de armamento y el 1,5% del total de la balanza comercial española. El texto advierte que “estas exportaciones pueden considerarse ilegales si nos atenemos a la propia legislación española y europea sobre comercio de armas debido a la situación de inestabilidad existente en la región de Oriente Medio, y en concreto por la influencia regional de países como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos en tanto que dan apoyo a una parte del conflicto en Siria (grupos insurgentes) y en otros países como Libia, Egipto o Yemen”. Y añade: “Las exportaciones a Iraq tendrían que prohibirse, en tanto que está inmerso en una guerra en su propio territorio”.
Castillo del Pino, en Público del pasado7 de abril, titulaba: “Estos son los bancos que financian la industria militar. BBVA, Santander, Bankia, CaixaBank y Sabadell invierten en los principales productores de armas. El Gobierno, encargado de evitar que las armas españolas terminen en países en conflicto —lo que sería ilegal— no concede licencias para la exportación de armas, sino de material de defensa. Dentro de este, la mayor parte es material de doble uso. Los bancos intentan evadir su responsabilidad diciendo que no trabajan con armas prohibidas y que siempre siguen la legislación en vigor, que no financian armas que van a acabar en conflictos armados”. Pero ¿cómo lo saben? “El problema de las armas es su trazabilidad. Es imposible saber si un banco ha financiado un arma que acaba en Yemen”, alerta el activista Audrey Esnault. Forma parte de la campaña Banca Armada, lanzada para “concienciar”, visibilizar una situación “sobre la que normalmente hay mucho secretismo” como es la de la financiación del sector armamentístico. Miembros de la campaña participaron en la junta de accionistas del Banco Santanter para denunciar la colaboración de la entidad con los fabricantes de armas. Fue en la quinta y última junta de 2017, tras tomar la palabra en las de Caixa Bank, Bankia, BBVA y Sabadell. La reacción del presidente y los accionistas depende de cada banco, “desde lo más frío como Santander o BBVA, donde haces la intervención y no dicen nada, hasta la de junta del Sabadell, en la que aplaudieron”, relata Esnault a Público. “Siempre dicen que las empresas son muy grandes y hacen de todo. Son empresas que hacen muchas cosas, pero Indra tiene un 20% de producción militar”, expone la activista. El impacto de ese porcentaje de negocio militar es tal que el Instituto para la Paz de Estocolmo, referencia mundial en esta cuestión, llegó a colocar a Indra en su top 100 de productores de armas. “Fabrican electrónica militar. Un arma no es solo una pistola o una bomba, es todo lo que se usa para matar como destino final. El software de un misil que destruye un edificio es un arma. Indra diseña ese tipo de software”, aclara Esnault. “Los bancos forman parte de este negocio. Es imposible negar su corresponsabilidad. Para estar seguro al 100% de no financiar un arma que será utilizada contra la población civil en Yemen, la única solución es no financiar, no dar préstamos o no tener acciones en empresas que las producen”.
Las fotomontajes de esta semana:
@Viscalant.
-Señor Granados, ¿qué es lo primero que va a hacer tras su salida de la cárcel?-Llamar a Ikea para que me monten algún mueble.
El humor de esta semana en la prensa: Forges, El Roto, Peridis, Vergara, Manel F. Malagón, Atse, Pat…
Pep Roig, desde Malllorca: Lo imposible, La “buena” gestión económica de Rajoy, El embarrador, La buena gestión, según el Gobierno, Lo que tenía que pasar, pasó…
The Beatles Yellow Submarine The Beatles
RAJOY "CUANTO PEOR MEJOR PARA TODOS" AUTOTUNE REMIX by @ivanlagarto Lagarto
LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente. "Emoción de censura" | #LateMotiv252 Late Motiv
LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente. "Felicidades campeón" | #LateMotiv247 Late