En diversas poblaciones de México existe un baile popular denominado Baile de los Catrines, el cual satiriza de diferentes modos el afán de algunos mexicanos de imitar costumbres europeizantes, por eso las máscaras son de tez blanca, cejas y barba bien delineadas. En algunos casos incluso llevan un pequeño látigo que servía a los hacendados para azotar a sus peones. Los catrines bailan las danzas propias de cada época que venían de Europa, también imitan la vestimenta y los movimientos y accesorios como el paraguas. La actitud de los danzantes es de arrogancia e incluso en algunos lugares hay manifiestos actos de desprecio hacia otros personajes de las danzas. En los últimos años también hay mujeres representando a catrinas y por tanto europeas. Esta sátira que recorre varias poblaciones, y es una manera de generar una burla sobre un sector de la población que lesiona(ba) al resto de los moradores de un lugar, es un exorcismo, una catarsis, una manera de implorar que esas personas disminuyan sus actitudes déspotas. En la academia del derecho varios catrines deambulan mirando por encima del hombro los esfuerzos de una academia nacional que busca sus propios rumbos, no es una simple reivindicación nacionalista, es la necesidad de poderse expresar en términos de la propia identidad. Asiste al Congreso de Filosofía del Derecho para México los días 15, 16 y 17 de noviembre en el Auditorio Mario de la Cueva de la Facultad de Derecho de la UNAM, será nuestro propio Baile de los Catrines del Derecho.