Suele ocurrir que el hermano mayor sienta cierta envidia del pequeño, ya que al nacer este parece que todos los cuidados y atenciones van hacia él (y muchas veces es así). De esta forma, el mayor empieza a percibirse menos importante, viendo a su hermano pequeño como un extraño, un ladrón que ha venido a robarles el cariño de sus padres.
Este problema es uno de los más frecuentes en la infancia y suele requerir de intervención psicológica. Desde aquí te recomendamos si te encuentras en una situación parecida que hagas todo lo posible por equilibrar la atención prestada a ambos, involucrándolos en actividades comunes y tratando de que la familia sea percibida por ellos como un todo.
Aunque tu hijo pequeño necesite más atenciones hasta que se vaya adaptando poco a poco a la vida, nunca debes olvidar que el mayor también las necesita, por lo que deberás poner gran empeño en que los dos se sientan queridos e importantes. Lo mejor será siempre que fluyan los sentimientos de unión, de forma que los pequeños no se sientan partes independientes, sino elementos muy relacionados y miembros de un grupo humano: la familia.