Advertíamos de que esta final iba a ser larga y disputada. Y que los Celtics iban a mostrar una cara diferente en el segundo partido. Y así ha sido. Nuestro equipo ha realizado un magnífico partido en el Staples y se ha llevado la victoria de forma convincente mostrando un juego equilibrado, agresivo, y efectivo en los momentos cruciales.
Sólo en el tercer cuarto parecieron flojear un poco los Celtics en lo que estaba siendo un guión perfecto. Siempre llevaban la delantera en el marcador y mantenían controlado el juego de los Lakers. Pero los locales tuvieron un impulso de casta en ese periodo en el que Gasol creía posible lograr la victoria con unas celebraciones un tanto exageradas. Pero nada más lejos de la realidad. En el último cuarto los verdes recuperaron el temple y volvieron a demostrar que ellos mandaban en el partido.
No fue gracias a los árbitros que los Celtics se adjudicaron la victoria porque ya en la primera parte habían cargado con 3 faltas personales a Kevin Garnett. Con posterioridad le cayeron dos más por lo que en su balance final sólo jugó 24 minutos. Pero Doc Rivers encontró en Rasheed y en Davis la solución para el juego interior y junto con Perkins lograron mantener la fuerza bajo tableros. Mención especial para Davis que, por sus condiciones, puede ser taponado con frecuencia pero tiene una voluntad de hierro y lucha por cada balón consiguiendo a veces doblar pase hacia el exterior permitiendo la canasta desde la distancia del que fue el rey de la noche: Ray Allen.
Ray consiguió 32 puntos con un 8 de 11 en triples (nuevo record en las finales de la NBA). Estuvo immenso (anotó los siete primeros triples que intentó durante la primera parte) y los Lakers no pudieron pararle en ningun momento. Sus triples en ataque estático y contraataque dinamitaron una y otra vez los planes de remontada de los californianos e hicieron mella en su moral. Rajon Rondo acompañó formidablemente con un triple doble: 19 puntos, 12 asistencias, y 10 rebotes. Una demostración más de su categoría y de su temprana madurez. Dejó además en evidencia a Andrew Bynum en un quiebro con reverso y canasta en bandeja. Y cuando Rondo tenía que descansar (que fue poco tiempo) Robinson se encargó de mantener caliente el partido (7 puntos en seis minutos, 3 de 3 en tiro).
Paul Pierce no jugó un buen partido en el aspecto ofensivo aunque su contribución al equipo fue encomiable como siempre. Por tanto, tenemos mucho margen de mejora en los próximos partidos ya que Pierce y Garnett no consiguieron sus números habituales.
Pau Gasol fue el mejor de los suyos con 25 puntos y 8 rebotes aprovechandose de las faltas personales que fueron silbadas contra el que mejor le defiende en nuestro equipo: Garnett. Bryant estuvo muy bien controlado anotando "sólo" 21 puntos en un 8 de 20 en tiro.
Como anécdota la magnífica acción que protagonizó Doc Rivers. Tras la captura de un rebote por parte de los Celtics, la defensa adelantada de los Lakers presionó mucho la salida del balón del propio campo de los verdes. Rivers vio que quedaban pocos segundos para que los árbitros pitaran penalización por no rebasar la línea divisoria de la cancha. Y viendo que sus jugadores no se daban cuenta, saltó a la cancha pidiendo tiempo muerto para así mantener la posesión del balón. Una acción que tuvo un mérito impagable.
En fin, mañana martes empiezan los partidos en el Garden. Boston espera con ansia la oportunidad de entonar el cántico Beat LA. Esperemos que nuestro equipo, impulsado por la afición, lleve ese cántico a la realidad.