Los cementerios de vampiros

Publicado el 12 junio 2016 por Redespress60

De acuerdo con las creencias paganas, las personas que se consideraba que habían sido malas durante su vida podrían convertirse en vampiros después de la muerte a menos que se les dejara enclavados mediante una puñalada en el tórax con una varilla de hierro o de madera atravesándolos,  lo que evitaba que el cadáver se levantara a medianoche para aterrorizar a los vivos…

En la década de los noventa el arqueólogo de la Universidad de British Columbia, Hector Williams descubrió el esqueleto de un hombre adulto cuyos restos habían sido clavados a la tierra con una estaca en un cementerio griego en la isla de Lesbos. El cuerpo presentaba varias estacas de veinte centímetros a través del cuello, pelvis y tobillos.

Los historiadores explican que la sucesión de plagas que asolaron Europa entre los años 1300 y 1700 fomentó la creencia en los vampiros debido, principalmente, a que la descomposición de los cadáveres no se comprendía bien. Cuando los sepultureros reabrían las fosas comunes veían cuerpos hinchados por el gas, con el pelo largo y con sangre manando de la boca, lo que les hacía creer que estaban vivos. A esto se le unía que las mortajas usadas para cubrir los rostros de los muertos a menudo se deshacían por las bacterias de la boca, revelando los dientes del cadáver.

Las tumbas de “vampiros” son de particular interés para los arqueólogos debido a su extraña naturaleza. Las prácticas funerarias realizadas para “curar” el vampirismo incluían hoces alrededor del cuello, la decapitación, el entierro con pesadas piedras colocadas en el cuerpo para evitar que se movieran de la tumba.

La idea de vampiros chupadores de sangre que se aprovechan de la carne de los vivos se remonta a miles de años atrás y era común en algunas antiguas culturas. La creencia en los vampiros floreció principalmente en los países de Europa del Este y Grecia, donde sin embargo no tenían tradición de creer en brujas. Y al igual que con las brujas en Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, el vampiro se convirtió en el chivo expiatorio de los males de la comunidad.

Incluso hoy en día, el vampiro sigue siendo una amenaza muy real en la mente de los pobladores de algunas de las comunidades más remotas de Europa del Este, donde ajos y crucifijos se manejan fácilmente, y donde los cuerpos son a veces exhumados para atravesar el corazón del cadáver.

El advenimiento del cristianismo alimenta las leyendas de vampiros, ya que eran considerados la antítesis de Cristo. En la Edad Media, cuando la Iglesia era todopoderosa y la amenaza a la condenación eterna estaba muy presente, el miedo a los vampiros era omnipresente.

Los registros muestran que en el siglo XII, en la frontera escocesa, una mujer dijo que estaba siendo aterrorizada por un sacerdote muerto que había sido enterrado en la abadía de Melrose tan sólo unos días antes. Cuando los monjes abrieron la tumba, afirmaron haber encontrado el cadáver sangrando sangre fresca. El cadáver del sacerdote, muy conocido por haber descuidado sus deberes religiosos, se quemó.

Evidencias arqueológicas

Hace unos días un grupo de arqueólogos polacos han protagonizado un insólito hallazgo mientras excavaban cientos de fosas en un cementerio medieval en Kaldus (Polonia). Entre los entierros encontraron 14 cadáveres que mostraban evidencias de prácticas “antivampíricas”.

El camposanto -conocido como Culmen en latín- recibió su primera sepultura al finales del siglo X. La ciudad de Kaldus fue una de las varias capitales de Polonia durante la Edad Media y fue reducida a cenizas por los caballeros teutónicos a principios del siglo XIII. Alberga más de 1.000 tumbas que están siendo estudiadas por un equipo de arqueólogos que, según publica la revista ‘Forbes’, señalaron que algunas personas enterradas en las fosas fueron decapitadas, otras fueron sepultadas boca abajo, mientras que la mayoría fue aplastada con piedras.

En el estudio de los restos óseos, sin embargo, los investigadores no han encontrado correlaciones con problemas físicos o enfermedades por lo que creen que los catorce esqueletos hallados en Kaldus, podrían estar relacionados con la creencia en los vampiros en la Edad Media.

Polonia atesora otros camposantos con entierros similares, En diciembre de 2015 fueron desenterrados en Drawsko otros cuerpos con la misma forma de enterramiento y otro en el cementerio de Gliwice de junio de 2013.

En junio de 2012 un equipo internacional de arqueólogos halló en Bulgaria dos esqueletos de la Edad Media que fueron enterrados con el pecho perforado por barras de hierro para evitar que se convirtieran en ‘no-muertos’, según publicó Arqueological News‘. La tumba hallada datada en 800 años atrás, estaba cercana a un monasterio, en la ciudad búlgara de Sozopol, en la costa del Mar Negro.  Según el director del Museo Nacional de Historia de Bulgaria, en los últimos años, se han descubierto más de cien personas enterradas en Bulgaria de esta forma y, en su mayoría eran “aristócratas y clérigos”. Curiosamente no había mujeres entre ellos.

A los vampiros se les conocía como los “comedores de mortajas”. Así, según textos medievales médicos y religiosos, el “muerto viviente” chupaba la “vida útil” de los cadáveres que le acompañaban en la fosa hasta que adquiría la fuerza necesaria para regresar a las calles. Por este motivo, también ha habido casos en los que se han encontrado cadáveres con objetos en la boca, como los hallados en Venecia hace años. Se trata de un cuerpo del siglo XVI en el que el esqueleto porta un ladrillo en la boca con el objetivo de que no pueda ‘chupar’ la vida del resto de muertos de la fosa. “Para matar un vampiro había que quitar la mortaja de su boca, que era su alimento, y poner algo incomible”,  explica el historiador.

La dieta de los vampiros

A pesar de que a priori los vampiros puedan resultar repulsivos, lo cierto es que son una especie animal completamente fascinante. Su actividad alimentaria se compone únicamente de sangre, al contrario de sus primos hermanos, los murciélagos quienes consumen otros animales e insectos, y existe todo un mecanismo detrás de esta adaptación biológica.

Tras realizar una abertura en la piel de sus presas con sus filosos colmillos, lejos de chupar o succionar su sangre, los vampiros la absorben por su lengua a través de su acción capilar. La sangre es lo que los mantiene vivos, y para que esto suceda los vampiros deben evitar que ésta se coagule dentro de su organismo.

Para ello han desarrollado una mutación genética que les permite conseguir esto y tener la extraordinaria facultad de depender únicamente de sangre. Se trata del desarrollo de un gen activador del plasminógeno; un gen que también poseen los humanos para limpiar las arterias y evitar ataques cardíacos, pero que los vampiros utilizan en su saliva para evitar la coagulación sanguínea.

Si no fuera por la presencia de este gen activador del plasminógeno, la sangre se coagularía dentro del organismo del vampiro obstruyendo su aparato digestivo y matándolo. Sin embargo, las extraordinarias habilidades evolutivas de los vampiros han hecho posible que la sangre sea su fuente exclusiva de alimentación.

Tras su separación con los murciélagos hace 26 millones de años, los vampiros llevaron a cabo una cantidad de nuevas adaptaciones, entre las cuales se compone su dieta basada exclusivamente en sangre animal. Este descubrimiento genético explica una de las razones que permiten que los vampiros estén capacitados para alimentarse de esta manera.

El mito del vampiro

Había una época en Egipto antiguo en donde los seres humanos entraron en una conspiración para derrocar a los dioses. Blasphemed contra el Ra, rey de dioses y de los hombres, y los magos buscaban la manera de derrotar a los dioses, usando sus fuerzas los dioses habían dado a los hombres objetos y tierras para que prosperaran.

Ra, al oír hablar de las intenciones de los humanos, se reunió con el resto de los dioses, y ellos aconsejaron que llamara a la diosa Sekhmet, la fuerza contra la cual ninguna otra fuerza sirve, para que se manifestara en la tierra y calmara la rebelión.  Sekhmet se manifestaría y castigaría a todos los que habían sostenido la rebelión contra los dioses. Luego Sekhmet caminaría entre hombres destruyéndoles y bebiendo su sangre.

Los dioses observaron que la rabia de Sekhmet iba creciendo conforme más sangra bebía, llegando a estar intoxicada de ira suficiente como para conseguir extinguir la vida humana. Y aquello no había forma de pararlo.

Entonces Ra urdió el plan de elaborar unas drogas muy potentes con las que alterar la mente; para ello utilizó unas plantas colosales, probablemente opio y cáñamo, que fueron enviadas al dios Sekti en Heliopolis.  Sekti agregó estas drogas a una mezcla de cerveza y sangre humana, llenando siete mil grandes jarros de la sustancia. Los jarros fueron llevados a un lugar donde Sekhmet pasaría y se vertió sobre la tierra, inundando los campos. Cuando Sekhmet pasó por los campos y percibió que era sangre, se regocijo y bebió todo el líquido. Entonces su corazón fue llenado de alegría  y su mente cambiada, ya no pensó más en destruir .

La diosa Sekhmet fue elogiada por su encanto y belleza, siendo considerada tanto portadora de plagas y pestes, como sanadora cargada magia.  Todos los males que podía provocar, los podía sanar a su vez.


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