Los colores de una vida gris, de Pilar Muñoz Álamo

Publicado el 10 julio 2014 por Rustisymustis @rustismustis
Los colores de una vida grisAutora: Pilar Muñoz ÁlamoEditorial: Autopublicación AmazonPáginas: 500 (aproximación)
SinopsisCinco amigas de elevado status social y económico deciden secundar el juego aberrante e inmoral propuesto por una de ellas en estado de embriaguez, en el que aflora con fuerza su más primitivo deseo de venganza. Sus vidas acomodadas y su carencia de escrúpulos, junto a diversas razones de índole personal, las incitan a continuar hasta el final, observando cómo el destino de una de ellas experimenta un giro radical que la aboca a un futuro de consecuencias imprevisibles colmado de obstáculos que nunca creyó tener que afrontar, y bajo la sombra de una amenaza cuyo origen desconoce. Un destino truncado para una mente vacía. Una vida inmersa en un nuevo mundo gris. ¿O tal vez no? 

Reseña de Rustis
Pilar Muñoz Álamo es una escritora cordobesa de las muchas que pasan desapercibidas en el mundo editorial y entre los lectores que no se acercan, de vez en cuando, a ver lo que las autopublicaciones o editoriales «alternativas» ofrecen. Debo reconocer que, si no fuera por las entusiastas palabras leídas en algunos blog al respecto de su libro de relatos Ellas también viven(editorial Círculo Rojo), probablemente nunca me habría propuesto leerla. Es tanto lo que las estanterías de las bibliotecas y librerías ofrecen que muchas cosas quedan en el olvido, y merece la pena buscar algo diferente, y variar el punto de vista. En este caso, decidí aprovechar una lectura conjunta para leer la primera novela de Muñoz Álamo, esta historia de mujeres (parece ser el universo de mayor interés de la autora por el momento) autopublicada en Amazon.
Se trata de una novela con luces y sombras, pese a las cuales considero que muchos lectores encontrarán un texto agradable de leer. Creo que ésta es la mayor virtud de Los colores de una vida gris: es un libro bien escrito, sin un estilo confuso ni complejo, de sintaxis sencilla y totalmente asequible para el lector medio. Posee un contexto bien construido, en el que se van proponiendo pinceladas que dan idea de las circunstancias políticas y sociales que se van dando en la España de cada época narrada. Propone, además, numerosas reflexiones, más o menos sutiles, que invitan a posicionarnos sobre los personajes y a tratar de comprender distintos modos de vida. Desarrolla una estructura bien pensada en la que dominan tres partes principales, la primera y la última narradas con un estilo omnisciente, y la segunda contada en primera persona por la protagonista. Se suma a todo ello un capítulo inicial muy destacable por lograr de forma muy sutil pero efectiva que el lector se enganche al tema y desee resolver el pequeño misterio que se propone.
Aunque este conjunto resulta, ya digo, agradable de leer y mantiene de forma muy constante el interés del lector, la novela peca, a mi juicio, de un exceso de maniqueísmo que lastra la historia; la propuesta de Pilar Muñoz se centra especialmente en los personajes, casi todos ellos (los principales) femeninos, de cuyas vidas y comportamientos se van extrayendo entre líneas preguntas y reflexiones que giran en torno a dos modos de pasar por el mundo muy diferentes: el de las mujeres que viven en «La Luna» (nombre con el que se bautiza a una urbanización ficticia de lujo y que, ya veremos, resulta muy ilustrativo del vacío existencial y la irrealidad que en ella se respira) frente a las que residen en el barrio obrero de Moratalaz. Entre ambos mundos, la historia de Olga, una mujer que, tras protagonizar un absurdo e inmoral «juego» con sus amigas, sufre una caída social y económica que la obliga a despertar de su ensimismamiento y reconstruirse desde cero. Como vemos, es una propuesta interesante y llamativa, pero ambos mundos están pintados desde perspectivas en exceso opuestas, de tal modo que en muchos momentos se da la impresión de que las mujeres ricas son malas, vacías, insensibles, mientras que todas las mujeres «pobres» son buenas amigas, afables, inteligentes, trabajadoras... Todo el tiempo de lectura intenté encontrar algún matiz que evitara esta impresión, pero reconozco no haberlo logrado. El personaje de Olga parece mostrar un avance personal desde un universo hacia el otro, pero la combinación con las demás historias que la acompañan evita que se observe con claridad la evolución, pareciendo en demasiados momentos que pasa del negro al blanco sin demasiados tonos grises.

Pilar Muñoz Álamo


Asimismo, existen en el libro problemas de verosimilitud que, sumados a lo anterior, provocan que la novela no termine de cuajar del todo: a esa pintura maniquea se añade el inicio de la historia. Cinco mujeres, tras una borrachera, se embarcan en un juego (imposible de desvelar en una reseña) inmoral y peligroso con el que, de forma superficial, van a manejar a su antojo las vidas ajenas. Cada una de ellas propone una razón para jugar, aunque no se lo confiesen, y es en esas razones en las que creo que se produce el tropiezo, ya que no en todos los casos se entiende la explicación ofrecida como para que la participación en esa «tómbola» resulte creíble. No se trata de que el propio juego propuesto me parezca inverosímil: creo firmemente que hay personas, muchas, capaces de cualquier cosa para lograr sus fines, aun a costa de seres inocentes. Se trata, más bien, de que no aparecen reforzadas o bien analizadas las posiciones de todos los personajes, con lo que se pierde fuerza y verdad.
El conjunto, ya digo, da como resultado una novela que se lee con interés, que engancha y que termina por «beberse» pese a su extensión (quizá, de todos modos, una revisión de la primera parte y un recorte de algunos episodios demasiado largos hubiera sido deseable); aun así, y pese a que las reflexiones introducidas ofrecen bastante juego, el modo de resolverlas no está matizado, a mi juicio, lo suficiente como para que sea redonda.
 Esta reseña participa en la lectura conjunta coordinada por Lidia, de «Juntando más letras» y Laky, de «Libros que hay que leer». Gracias a ambas por haberme inspirado a leer algo diferente.