Ayer en el teatro los actores, las bailarinas y todos los técnicos de la compañía trabajaron mucho con el director para la función.
Aquí existen cinco complementos circunstanciales: ayer (de tiempo), en el teatro (de lugar), mucho (de cantidad), con el director (de compañía), para la función (de finalidad).
Esta función oracional solo pueden realizarla de forma autónoma los adverbios:La gente estaba aquí, ahí, allá…Vendrán entonces, ahora, siempre…Hagan el trabajo bien…Es necesario que coman bastante, mucho, algo…
Algunos de estos adverbios se forman a partir de adjetivos calificativos que neutralizan sus morfemas de género y número:Los bomberos trabajan duro.La mensajera llegó rápido.Trabajan fuerte,
o por derivación mediante el sufijo -mente:Los estudiantes trabajan duramente.La mensajera llegó rápidamente,
y también adoptando una preposición, o una preposición y el artículo:Las vimos de nuevo.Íbamos por la sombra.
Los sustantivos, por su parte, necesitan preposición para funcionar como complemento circunstancial, y pueden sustituirse por adverbios de su misma significación:Llegó por la noche desde Madrid sin avisar. Llegó entonces, desde allí, así.
Esta sustitución solo es posible en los circunstanciales que expresan tiempo, lugar y modo. Los que expresan condición y concesión disponen de locuciones o frases adverbiales equivalentes:Con más tiempo, lo haría. Entonces, ¿lo harás?Aun sin maquillaje, está preciosa. Así y todo, está preciosa.
En cambio, los circunstanciales de causa y finalidad necesitan una preposición (o una locución prepositiva), y el sustituto es la propia preposición más los pronombres neutros ese o ello, dado que en español no hay adverbios con estos significados:No lo dije por temor. No lo dije por eso.Traje el coche para la revisión. Lo traje para eso, con ese fin.