Los compro-oro: crónica de una quiebra anunciada

Publicado el 12 julio 2012 por Lingoro

Pese a una cotización del oro siempre muy alta (aunque se hable del fuerte período de consolidación actual), no es por vender oro que vamos a salir ganando. ¿Por qué las agencias compro-oro se encuentran amenazadas con la quiebra? Porque apuestan a una subida constante de la cotización del oro. Un muy mal cálculo para estas empresas cuyo volumen de negocios baja junto con la cotización del oro.

Por ejemplo el grupo CVA Direct (el n°1 de compra de oro en la tele) está en cese de actividades en Francia. Esto no hace más que corroborar nuestras previsiones sobre este tipo de comercios. No desde un punto de vista ético, sino estratégico. Es mejor tener solvencia y observar un Business model diferente para tener éxito en este oficio. Para decirlo de otro modo, no apostar únicamente a la sola alza de la cotización del oro, ya que ésta fluctúa tanto al alza como a la baja, incluso en el seno de un mercado alcista a largo plazo. Los períodos de baja consecutivos harán estragos en las agencias de compro-oro. Y no sorprenderá ver a más de la mitad de esta tiendas poner el candado en la puerta de aquí a fin de año.

Baja la cotización del oro = baja el volumen de negocios

Incluso el comunicado publico que acompaña la entrada en  bolsa de Gold by Gold (empresa especializada en la compra y el reciclado de oro) precisa con mucha razón la posibilidad de este riesgo en el capítulo dedicado a los riesgos vinculados a las fluctuaciones de la cotización del oro: “una evolución a la baja de las cotizaciones del oro durante un período prolongado podría afectar negativa y significativamente el volumen de actividad y los desempeños de la empresa”.

La problemática es doble con una baja duradera de la cotización del oro: la gente no vende porque espera que la cotización vuelva a subir y comprende cada vez más el interés de destinar una parte de su ahorro al oro físico, y/o de conservar lo que ya posee.

Los franceses cada vez menos inclinados a vender su oro
En testimonio de ello estas cifras que revela la encuesta IFOP llevada a cabo por la empresa francesa AuCOFFRE.com dueña de LINGORO.com, el pasado mes de  febrero:
El 84% de los franceses estiman que el oro es un valor refugio. Las tres cuartas partes también destacan el hecho de que se trata de una inversión segura, particularmente en contexto de crisis económica. Invertir en oro es incluso considerado más interesante que otros productos de inversión más comunes tales como el sector inmobiliario o las acciones, y todo esto para una parte importante de la población en total: para la mitad de los franceses.

Vender su oro hoy en día sería como vaciar el contenido de su botella de agua en pleno desierto. Por último, incluso si la mayoría aún no razona en esos términos, cada vez más las personas están menos dispuestas a intercambiar un bien que tiene el mismo valor desde hace 6000 años (actualmente se puede comprar una vaca con dos onzas de oro, como en la época del Faraón Tutmosis III) a cambio de una moneda en caso de necesidad.

No hay prórroga sin un Business model coherente
Es la suerte que corren estas empresas que han querido surfear la cresta de la ola sin razonar sobre el ahorro, y las monedas de inversión. Sin un Business model coherente con la naturaleza misma del producto (que es un valor refugio, que se inscribe en el tiempo), no hay salvación. La avidez y el efecto de moda no bastan. Y una vez que la cotización del oro vuelva a subir  (cosa que no es una vaga profecía sino una certeza teniendo en cuenta los malos fundamentos económicos) será demasiado tarde para que estas empresas corrijan su curso.

Cuando compramos oro como seguro, no existe nunca un mal momento para comprar, ya sea que la cotización esté alta o baja. Y las empresas como AuCOFFRE.com, LINGORO.com, o Bullionvault, que proponen el oro como un seguro anti-crisis, lo han comprendido bien. Es por eso que su business model es radicalmente diferente y está instalado en la duración. Y por eso estas empresas estarán siempre allí cuando el sistema económico y financiero se desmorone, ya que los seguros nunca quiebran cuando no hay siniestro.