Los Conventos de la Vergüenza

Por Nasreen_amina

En el nombre de Dios, muchas flores pisoteadas…

Hace tiempo que estaba detrás de este material imprescindible para comprender y reflexionar, sobre el pernicioso efecto del patriarcado en la sociedad y como la religión puede ser usada para el reforzamiento de su influencia, hasta límites que rayan en la locura y depravación.

“Conventos de la Vergüenza” es un documental filmado por Christopher Weber acerca del famoso caso de los conventos de las hermanas de Magdalena en Irlanda del Norte. Uno de los mejores documentales que retrata el brutal maltrato de esas monjas hacia las chicas (madres solteras, chicas rebeldes, etc.), que eran encerradas de por vida, separadas de sus familias y condenadas al olvido, víctimas inocentes de una sociedad irlandesa puritana. El último convento de la Magdalena cerró en 1996, apenas dos años antes de la producción de este documental.

También existe una película llamada “En el nombre de Dios” o “Las Hermanas de la Magdalena” , ganadora de un León de Oro, que inspirada en hechos reales, tiene como eje central mostrar los abusos y maltratos sufridos por jóvenes internas de un convento de monjas en los años 60´s en Irlanda. Los conventos de la Magdalena, formaban parte del sistema de instituciones administradas por monjas en las que las huérfanas y las madres solteras eran obligadas, a veces, a permanecer toda la vida. Se estima que cerca de 30 mil mujeres estuvieron internadas en estos conventos desde su creación en 1940. (Puedes encontrar la lista de reproducción de la película aquí)

Los abusos sexuales fueron un problema “endémico” en las instituciones para menores dirigidas por la Iglesia católica a finales de la década de los treinta, según se afirma en una investigación publicada en Irlanda por una comisión de investigación dirigida por el juez Sean Ryan, que denuncia el “silencio” de los líderes religiosos.

Según una asociación de víctimas de acoso infantil, algunas de aquellas instituciones ascendían al nivel de los “gulag” y denuncian que los niños más vulnerables “eran tratados como esclavos”.

“Estos lugares no eran hogares de ayuda“, afirma John Kelly, coordinador de la organización de supervivientes de abuso sobre los niños (SOCA), que describe cómo los responsables “a veces obligaban a los niños a fabricar sus propios instrumentos de tortura”.

“Eran auténticos ‘gulags’ y la mayoría eran autosuficientes. Los niños eran alquilados a los agricultores como esclavos“, dice Kelly, a raíz de la publicación del informe sobre los abusos. La mayoría de las víctimas eran jóvenes en circunstancias difíciles, a menudo huérfanos o delincuentes, que llegaban de hogares de reeducación, orfanatos y otras instituciones, ya cerradas.