“¿Qué son los cototos?
Tienen un poco de aquellos cronopios de Cortázar, algo de las Ramonas de Berni, mucho de fábula y toda leyenda. Es que los cototos son personas que alguna vez fueron personajes. O al revés. No sé sabe muy bien, esa es la verdad. Así como tampoco se sabe en qué maternidad vieron la primera luz. Y seguramente no contestarán cuando se les pregunte por su edad. Ellos son un poco distraídos. Se sabe que les encanta pasear a toda hora, que viajan con la misma ingenuidad con la que aman, y que de tanta ternura se han hecho, a veces, invisibles.
Pero cuando aparecen todo el mundo los señala y observa, como si con la sonrisa no alcanzara para disfrutarlos. Los cototos a veces se pierden en el cine, adonde van siempre muy perfumados y elegantes. No les gustan los circos donde maltratan a los animales y su salida favorita es gozar horas y horas del campo, las montañas y el mar. Tienen la propiedad mágica de estar en muchos lugares, al mismo tiempo. Y cuando desaparecen es porque se cansan de la vida pública. No van al peluquero ni se hacen las manos. Y en contadas ocasiones se visten a la moda. Hay cototos por todos lados. Atención. Hay que andar con los ojos bien cerrados, hasta que ellos aparecen de imprevisto. Eso sí: no les hagan muchas preguntas. Los cototos son criaturitas sin respuestas ni verdades. Mucho mejor verlos cototeando siempre por allí, cerca del sol o debajo de la luna”.Mauricio Runno escribe sobre el trabajo del artista Cristóbal Peña y Lillo
Choper, sobrenombre con el que es habitualmente conocido el creativo, ha trabajado en la edición de estos ejemplares, cumpliendo así un nuevo paso en su carrera.
Se trata de un mendocino que vive el arte a pleno desde temprana edad. Tanto es así, que ha decidido en lo reciente trabajar enteramente en la producción de su obra, alejándose por completo del ámbito publicitario –en el cual se ha desempeñado durante años con renombre y éxito-.
Los textos en cuestión reúnen imágenes y reglas jamás escritas acerca de hábitos gastronómicos típicos de los argentinos: el asado, el vino, los amigos, el amor.
La serie de libros, pese a ser inclasificable, se inscribe en la tradición de "objetos de culto", valiéndose de la frescura de buena parte de sus imágenes, entreteniendo al lector e invitando a cotejar su experiencia con costumbres que ya se han grabado a fuego en la cultura argentina.
Las ilustraciones en todos los casos se acercan al tema de un modo entretenido, informal y terminan siendo una variación artística muy lograda de aquello a lo que pocos se mantienen ajenos: los encuentros gastronómicos y el disfrute del vino.
Fuente: Cristóbal Peña y LilloLa serie de libros pueden adquirirse en Mendoza en: Librerìa Técnica (Rivadavia 24 - Capital)