Cris Terré, nuestra querida inshaler, está enamorada de Uganda. No solo de sus tierras y paisajes, sino (quizá más aún) de sus gentes. Nos lo ha contado en varias ocasiones con sus historias sobre Kim, sus rutas en bici, sus aventuras con los hipopótamos o los cantos y bailes de los habitantes de Kabawanga. Y, precisamente, de estos últimos nos viene a contar hoy uno de sus relatos. Pasad, tomad asiento y disfrutad de la velada…
Como dice el actor Michael Palin: “Una vez que el virus del viajero te pica, no hay antídoto posible, y sé que estaré felizmente contagiado para el resto de mi vida”.
No es para menos. En mi cuarto viaje a Uganda me encontré con muchas sorpresas. Os contaré una que me hizo especialmente feliz: ver a los miembros de Bivamuntuyo convertidos en cantantes y actores. Sí, así es, Kim junto al equipo de mujeres y hombres que trabajan en el campo han organizado lo que llaman “The Drama”, y es que dos veces al mes dejan sus azadas, picos y palas y se enfundan el traje verde para desempeñar una tarea especial.
Hoy en día, aún persiste la creencia en curanderos y tratamientos milagrosos que lo único que hacen es empeorar la salud de los pequeños, por lo que no resulta fácil convencerles de que lo mejor es que acudan al hospital cuando tienen un problema de salud. Por eso recorren aldeas y poblaciones vecinas al Hospital de Kyotera, que es donde Kim tiene la unidad para niños desnutridos, y explican cantando y contando cuentos la importancia de una correcta alimentación, y que es fundamental que acudan al hospital cuando un niño sufre desnutrición, porque con un tratamiento adecuado en pocos días la mejora es muy notable.
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Es muy curioso ver este espectáculo en primera línea…
Para ellos resulta una divertida excursión que, además, les viene bien para relacionarse, verse fuera del trabajo y crear vínculos de amistad. Parten en camioneta de Kabawanga en dirección al poblado, allí escogen el escenario, que suele ser a la sombra de un buen árbol, y empiezan a tocar los tambores. Una buena táctica para que los vecinos vayan acudiendo poco a poco, despacito… a fisgonear, ¡quieren saber la que se está montando!
Alguna vez el alcalde también cobra protagonismo, con uno de sus bailes magistrales,… como podéis ver en el siguiente vídeo.
Y cuando ya hay suficiente gente (normalmente acude el pueblo entero)…
¡empieza el espectáculo!
Cris Terré