Un cuento, de tanto en tanto, no hace daño
Ojalá todos los niños fueran tan osados como los de Forges. A veces, es más fácil que se entretengan con todo tipo de dispositivos electrónicos. Éstos no están del todo mal… pero en su justa medida.
La lectura: Cuentos de todos los colores
Cuentos de todos los colores
Los cuentos son maravillosos para incentivar en los niños el hábito de la lectura y la comprensión, el vocabulario, la imaginación y los valores. Además, si son compartidos entre padres e hijos, la experiencia puede ser tremendamente enriquecedora. Tal experiencia crea unos valiosos lazos emotivos entre los participantes. Puedo asegurar que es así.
Hace unos años busqué un libro de cuentos para compartir con mi hijo. Buscaba un libro que contuviera cuentos no demasiado extensos (unas cuantas páginas a lo más) y encontré esta pequeña maravilla: Cuentos de todos los colores. Es una recopilación de cuentos de una gran diversidad de paises del mundo: uno por país. Este libro enseña, por tanto, la pequeña sabiduría encerrada en cada relato y, de regalo, el valor de la pluralidad. Aprender que todas las culturas del mundo nos pueden ofrecer algo de su inmensa sabiduría es algo impagable.
Con este libro entre manos, mi hijo y yo, compartimos inolvidable tardes de domingo. Leyendo, algún rato él, algún rato yo. Aprendiendo pequeñas moralejas extraídas de diferentes puntos de la geografía mundial. Repito, inolvidable.
Además, este libro plantó una diminuta semilla en nuestros corazones: la de visitar los países que conformaban tan peculiar geografía. Nos convirtió en aviadores imaginarios.
La escritura: los cuentos del futuro
Y después del tiempo de la lectura, ahora llega el tiempo para la escritura. Después de habernos empapado de cuentos, de novelas, de cómics y de países… vamos a iniciar una nueva etapa: la creativa.
En otro artículo ya explique que los mapas mentales son una excelente herramienta para la creación/narración de cuentos en grupo. Ha llegado el momento de utilizar todos los medios a nuestro alcance para plasmar nuestra memoria y nuestra imaginación en palabras y pinturas. Ha llegado la hora de crear los relatos que constituirán el relato de nuestro futuro.
Hoy mismo es el aniversario de mi hijo Marc: cumple 14 años. Es un día que me recuerda la fortuna del primer día que lo tuve entre mis brazos. Hoy le he entregado un vale por una vuelta al mundo (gracias a Mariana, por su casual susurro el día de mi último aniversario) que realizaremos una vez haya cumplido 18 años. Una vuelta al mundo que será pagada exclusivamente por el fruto de nuestra creatividad.
Y ahora ya está escrito, por duplicado: en un vale y en el blog de las dos gotas de sangre: Rojo Transitorio. Incluso tengo la certeza de que ya estaba escrito en algún lugar. Creo que mi corazón sólo ha recordado un eco del futuro. Pero ahora el compromiso se ha convertido en algo inexcusable: Verba volant scripta manent.
Uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe. (Jorge Luis Borges)