Los cuentos infantiles nos han acompañado durante toda nuestra infancia. Ellos son, en muchos casos, los culpables de que los niños se animen a leer, y en muchos otros una fuente de inspiración para otros autores. A pesar de que a veces nos olvidemos de ellos, los cuentos tradicionales como La Cenicienta o Caperucita Roja perduran en la memoria colectiva, y a menudo suelen volver reconvertidos en adaptaciones noveladas o cinematográficas.
Cambiando de cuento, este año parece estar de moda Blancanieves, y si no que se lo digan a Kristen Steward y Julia Robert, quienes este mismo año han estrenado, respectivamente, Blancanieves y la leyenda del cazador y Blancanieves (mirror, mirror). Incluso en España tendremos adaptación de Blancanieves, ambientada en los años 20 del sur de España, de la mano de Pablo Berger. Como ahora parece costumbre, Alfaguara publicó en junio el libro basado en la película de Steward titulado de la misma forma y escrito por Lily Blake, Evan Daugherty, John Lee Hancock y Hossein Amini. En esta historia el cazador que debía matar a Blancanieves la ha instruido en el arte de la guerra, por lo que la madrastra tendrá serios problemas para acabar con ella. Otras historias, como Cenicienta, también tienen su protagonismo en el panorama actual. Montena publicaba en marzo Cinder, la primera parte de la tetralogía de las Crónicas lunares y escrita por Marissa Meyer. Tras Cinder llegará Scarlett (relacionada con Caperucita Roja), Cress (basada en Rapunzel) y Winter (creada a partir de Blancanieves). Al parecer, esta historia no tiene mucho que ver con el cuento de Cenicienta, sino que su ambientación tiene tintes futuristas, y el argumento algo que ver con plagas mortales y vacunas. Todo un cambio. Aunque el cuento no cambie tanto, Cenicienta no tiene por qué ser aquella chica que suspiraba por su príncipe azul y se probaba vestidos a escondidas. También puede ser una chica con un punto rebelde, como sucede en La Cenicienta Rebelde, publicada en SM bajo la colección Barco de Vapor. O puede que sea una chica que se aburra de la vida en palacio, como nos mostraba Margaret Peterson Haddix en Mi nombre es ella, publicado por Versátil.
Para los que aún sigan con ganas de leer adaptaciones de estos cuentos, pueden echarle un ojo a las novedades de La Galera, que en octubre publicará Una sonrisa roja como la sangre. La verdadera y horrible historia de Hansel y Gretel y La verdadera historia del Capitán Garfio, para que sepamos de una vez por todas qué es lo que “realmente ocurrió”.
Esos cuentos que solíamos leer cuando éramos más pequeños han sido reconvertidos. Ahora Blancanieves y Cenicienta no se conforman con esperar al príncipe y ser unas bellas princesas. Ahora Caperucita Roja no solo no se fía del lobo, sino que se dedica a darle caza y el capitán Garfio tiene una historia muy diferente que contar. Los cuentos vuelven, pero adaptándose al mundo actual. No me extrañaría ver en un futuro a Caperucita en Twitter, siendo conminada por el lobo a guardar su privacidad.
¿Y vosotr@s? ¿Habéis leído alguno de los libros? ¿Cuál? ¿Conocéis otras adaptaciones de cuentos a novelas? ¡Nos leemos! Poy