Los decadentes también protestan

Publicado el 05 octubre 2012 por Carmentxu

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha dado carpetazo al procedimiento contra los organizadores de la protesta del 25S por considerar que “de lo actuado no puede decirse que los hechos sean constitutivos de delito, ni siquiera de los previstos en el Código Penal contra las instituciones del Estado”. Pedraz archiva la causa abierta basándose en que “hay que convenir que no cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ante la convenida decadencia de la denominada clase política. Es más, la propia Sra. Delegada del Gobierno tomó conocimiento, esto es no prohibió, de lo que pretendía la convocatoria, indicando además la forma de hacerlo”.

¿Puede un juez esgrimir argumentos de este tipo en su sentencia? Debe, cuando la acusación también se basa en pura ideología política, prejuicios y criminalización del que opina de otra forma y lo expresa, del que protesta frente a la injusticia. El juez ha dado a probar a los acusadores el mismo brebaje amargo que inspiró su denuncia. Lógicamente, no les ha gustado. De ahí a descalificar al juez, como ha hecho el portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, con adjetivos tan poco profesionales como pijo y ácrata va un abismo y no hace otra cosa que darle la razón al juez con una prueba irrefutable de la decadencia de la clase política.

Rafael Hernando, en pleno intento de agresión a Rubalcaba (Foto: CNN+)

Lo peor es que esto no es nuevo: viene de lejos y no siempre se limita a la ofensa de palabra, como cuando el mismo que ahora insulta a un juez que dicta una sentencia que le pone en evidencia intentaba, hace siete años, agredir físicamente al actual líder de la oposición Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces portavoz del PSOE en el Congreso. Zaplana y Acebes lograron sujetarle a tiempo… Así está de decadente el patio de colegiales malcriados que ocupa cada día el Congreso.

Auto del juez Pedraz