Resulta que después de todos esos sudores fríos que hemos tenido en la redacción, contra El País o El Mundo no van a hacer nada pero los demás somos una buena cabeza de turco, resulta que lo que nos contó a los medios el director de la guardia civil era falso. ¡Tremendo!
Tenemos un problema con la inmigración ilegal, mejor dicho, tenemos un grave problema de pobreza y desigualdad social con los países con los que compartimos fronteras.
No vamos a entrar en las gravísimas formas con la que este chico ha tratado a los medios, autocensura se llama esto, las distintas notas contradictorias, si tiene que ser cesado, su presente o futuro. La inmigración es un tema de derechos humanos y el tratar temas de derechos humanos lo tienen que hacer personas con una gran sensibilidad. Tirar pelotas de goma a personas (sin derechos) en el agua, cuando una vez llegados a tierra son devueltos de nuevo a Marruecos de forma inmediata es un sinsentido y una forma añadir angustia y sufrimiento que no se merece nadie. Nuestra policía tiene que ser implacable con aquellos que atentan contra nuestras libertades y derechos pero tiene que tener un trato exquisito con los que no tienen ningún derecho.
No ponemos en duda que nuestras distintas policías tengan esa sensibilidad pero lo que está claro es que este chico nos vuelve a demostrar que estos dirigentes que hemos votados son gente sin humanidad.