Cada día estoy más convencidos, estos energúmenos de la cúpula pepera nos creen gilipollas. Ahora resulta que no dejan de hablar de transparencia, cuando están en un túnel lleno de mierda y en Génova no se puede ni respirar.
Al tal Sepúlveda, exmarido de, la todavía no dimitida ministra Ana Mato, le han aguantado dentro del PP hasta hace dos días. Y, además, el avispado Floriano, el tercero del partido, dio unas explicaciones surrealistas, según las cuales no se le podía despedir, cuando en este país van al paro, todos los días –gracias, en gran parte, a la reforma laboral que aprobaron estos individuos— unos dos mil trabajadores. Hay que ser ignorante, miserable y tener poca vergüenza para dar explicaciones tan peregrinas y quedarse tan campante.
Ahora faltaría saber en qué condiciones se ha despedido a Sepúlveda, porque podría darse el caso de que hubiera sido un despido falso, como el que dijeron que hicieron con Bárcenas.
Sí, Bárcenas, digan lo que digan, ha estado trabajando en la Calle Génova hasta diciembre pasado, por mucho que insistan en que le despidieron en 2010. Otra mentira más. Y eso lo confirma el hecho de que le pagaran la seguridad social hasta diciembre. La excusa que da el PP es que le tramitaron la indemnización mensualmente. Sin embargo, siguieron pagando durante más de dos años la Seguridad Social, y eso es imposible. Si hay finiquito y se ha terminado el contrato de trabajo no es posible seguir pagando a la Seguridad Social. Sólo se paga cuando hay un contrato en vigor. Por lo tanto, no hay dudas, Bárcenas ha estado trabajando en el PP, en la calle Génova, hasta hace mes y medio, les guste o no.
Otra cuestión sería entrar en acuerdos ilegales, y supongo que el PP, con nuestro dinero –dinero público—, y así lo ha demostrado en muchas ocasiones, tiene abogados capaces de saber algo de derecho laboral –supongo que Floriano no será el asesor legal-- y conocer lo que todos sabemos.
Por cierto, además de cobrar y pagar seguros sociales hasta diciembre, el “buen señor” disponía de coche, chófer, secretaria y despacho. O sea, blanco y en botella: Bárcenas ha estado trabajando en el PP hasta final de diciembre, cuando se sabía que estaba imputado desde hace tres años y que era un presunto corrupto.
No hay que darle vueltas a cuestiones claras, por mucho que nos las quieran enmierdar. Rajoy y sus muchachos han tratado de proteger a estos dos presuntos sinvergüenzas para que no canten, hasta que no han tenido más remedio de soltar lastre. En el caso de Sepúlveda para defender a la indefendible Mato y en el caso de Bárcenas hasta que ha saltado lo de la cuenta en Suiza y la cuestión de los sobresueldos. Después, cuando no han tenido más remedio, no los defienden aunque tampoco los denuncian, simplemente tratan de hacer algo imposible: borrar sus huellas en el Partido.
El denominador común de los dos es la trama Gürtel, que hoy parece ser sólo una parte de la trama Bárcenas, la de la presunta financiación ilegal del Partido Popular.
Esperemos que la Justicia siga actuando –sorprendentemente lo está haciendo— y vaya descubriendo más episodios. Aunque visto lo visto, Bárcenas puede hacer una labor importante en el esclarecimiento de los hechos y morir matando, visto que es imposible lo que el pretendía, que el PP le salvara de la cárcel.
Está claro que aquí lo que habría que hacer, hablando de despidos, es despedir con cajas destempladas a la cúpula del PP, presuntamente corrupta, llena de puntos oscuros que no son capaces ni de justificar ni de denunciar.
Mientras que D. Mariano, el vate mayor del reino habla de “no entrar en juegos y enredos” –hay que ver el valor que da a las cuestiones de corrupción—, todavía no se ha dignado a pedir perdón por el caso Bárcenas, ni tan siguiera habla de denunciar al extesorero (quién sabe si seguirá siendo el tesorero a escondidas) o de cesar a la ministra Mato. Este tipo flojo e ineficaz no puede seguir siendo nuestro presidente del gobierno. No puede estar en ese puesto alguien que constantemente toma el pelo a los ciudadanos: ¡¡Dimisión inmediata del gobierno Rajoy!!
Salud y República