Los días iguales de cuando fuimos malas - Inma López Silva

Publicado el 03 marzo 2017 por Laura @TemploLectura


Los días iguales de cuando fuimos malas

Inma López Silva
Ed. Lumen360 págs.

Ahí están, charlando en el patio o desfilando en el comedor a la espera de que una compañera les llene un plato de sopa triste. Parecen iguales, presas sin más, pero basta con mirar despacio y afinar el oído para descubrir mundos distintos: Margot, cansada de vender su cuerpo por las calles de la ciudad, se toma un descanso entre rejas. Valentina ha llegado de Colombia con un niño en brazos y muchas preguntas en la mochila. Sor Mercedes cumple su condena con fervor religioso y sin remordimientos. Laura quiso ser bailarina, pero otro destino se impuso, y a menudo contempla la vida entera como si fuera una condena.Junto a ellas está la escritora, una mujer discreta que emborrona papeles e intenta olvidar locuras pasadas. ¿Qué habrá en estos folios? Nadie sabe, nadie pregunta, pero las historias se cruzan y las páginas ahí están para descubrir qué hay detrás de estos días iguales que se vuelven únicos, espléndidos, en las manos de Inma López Silva.


Lumen significa calidad, libros interesantes y algunos diferentes. En este caso me llamó mucho la atención una silueta de mujer a rayas y un título muy largo, Los días iguales de cuando fuimos malas.

Cuando leí sinopsis no imaginaba que sería una novela que relata una historia carcelaria. Me imaginaba otro tipo de libro. Fueron saliendo reseñas y solo me dejaron muchas más ganas de leerlo. Ha sido un libro diferente narrativamente, y ha sido un libro complejo, mucho y que te deja marcado no emocionalmente, pero si reflexivamente. Los días iguales de cuando fuimos malas nos cuenta una historia aparentemente sencilla de cinco mujeres. La relación nexo entre ellas es la cárcel. Cuatro de ellas son presas y una es funcionaria de prisiones. Margot, Valentina, Mercedes, Laura, y la Escritora que será la que ponga voz e historia a todas y cada una de las protagonistas de la historia.Margot es una gitana que ejerce la profesión más antigua del mundo, la prostitución, la cárcel es para ella, un momento de tregua, de vacaciones. Valentina es una colombiana que ha sido pillada entrando con su bebé y una gran carga de droga en su cuerpo. Mercedes, o mejor dicho Sor Mercedes es una monja que cumple condena y sin apenas remordimientos y sin sentirse culpable de nada de lo que haya hecho. Laura es una chica que habría sido una gran bailarina, pero ese no era su sueño, su sueño fue ser funcionaria de prisiones y lo consiguió en  la cárcel de A Lama. Y, por último, tenemos a nuestra voz narradora, la Escritora, la mujer más misteriosa de todas, que nos cuenta su angustia y frustración ante el silencio de palabras que tiene desde el momento en el que cometió su delito. Es un relato diferente, oscuro y hermoso. Diferente por el estilo narrativo que usa, no tiene un principio, un nudo o un desenlace como sería lo normal, es una serie de pensamientos, reflexiones… es una confesión y purga de la vida de cada una de las protagonistas: conoceremos su estado actual, su vida anterior y su posible e inminente futuro. La prosa de la autora es simplemente espectacular. Es elegante y sencilla a la par que directa y clara, dando lugar a un ritmo pausado, y aunque nos cueste arrancar, es una lectura sosegada, que mantiene constantemente el interés y una incesante y seductora necesidad de terminar y saber.Me ha parecido oscuro y cruel por la realidad tan bien descrita y determinada que la autora hace en la novela: una historia sin sangre, nada truculenta, pero es pura verdad, realidad de la vida misma, de varias mujeres que viven un mundo complicado, solitario, gris… una vida diferente para cada una de ellas, pero que retrata fielmente las emociones y sentimientos que pasan en muchos de los momentos dentro de la cárcel: cuando llegas, cuando vuelves, cuando sabes que no saldrás… La atmósfera que se respira en la cárcel es irrespirable, y aun no deslumbrándonos con una gran ambientación carcelaria, sentiremos esa opacidad, ese halo de desamparo, de soledad… Increíble. Y es hermoso por la gran complejidad y profundidad que la autora da a sus personajes: ha dibujado unos personajes verdaderamente magníficos, con sus fallos, con sus contrariedades, con sus locuras, con sus inquietudes… cada personaje representa una personalidad, y nos presenta a unas mujeres fuertes, incomprensibles y sobradas –incluso– y muy enigmáticas. Pero iremos conociendo su pasado, sus pensamientos, el porqué de sus acciones y poco a poco, una a una nos irá encandilando e iremos comprendiendo el momento culmen de cada una. Las que más me han calado han sido Margot y La Escritora, son distintas, pero esconden mucha soledad, miedo y rabia contenida. Verdaderamente es un libro diferente, el cual llama la atención, nos reclama atención e interés por parte del lector. Una novela que no sabría cómo catalogar, pero que da gusto leer, que necesita su tiempo tanto de lectura como de comprensión, y que nos abre una puerta a ese mundo tan opaco y gris que son las cárceles. Nos abre los ojos para ver como la simple privación de libertad acarrea una condena. Lo bueno y malo que hace la cárcel, y que son siempre los mismos días, una y otra vez. Eso me ha gustado muchísimo: como de una forma tan cercana y simple nos trae un magnífico documental-reportaje de la vida que tienen las presas; de la locura y de la miseria que se vive allí; y nos remarca una verdad interesante: la complejidad de la cárcel y que no siempre son malos los que viven allí.
En resumen, Los días iguales de cuando fuimos malas es una obra de narrativa contemporánea de corte intimista con toques de intriga y de novela negra. Una magnifica y escalofriante historia de cinco mujeres con el nexo común de la cárcel. Una novela diferente, real, muy interesante y que se nos queda dentro una vez leída. No es de fácil lectura, necesita tiempo y reflexión, pero es una obra fantástica que cuenta con calidad y realidad.