Planta baja del Berghof, la residencia de vacaciones de Hitler.
El número 9 es la dependencia destinada a la cabina de proyección
Hace unas semanas en una cena, una amiga planteó que a pesar de todo lo que nos interesa y gusta el cine, no debíamos olvidar que casi todos los dictadores también habían sido muy aficionados al séptimo arte; ella mencionó a Hitler, Mussolini y Franco, yo añadí a Stalin, sin recordar entonces la película El círculo del poder Dirigida por Andréi Mijalkov Konchalovski en 1991, inspirada en la vida de Alexandr Ganshin, el proyeccionista privado de Stalin, también mencioné a Kim Jong-Il que antes de ser líder de su país, dirigió el departamento de Artes Culturales del Departamento de Agitación y Propaganda, y los estudios de cine de Corea del Norte, siendo productor y guionista de muchas películas e incluso escribió el libro Sobre el arte del cine en 1973.