Los dientes de bebés y niños

Por Zulema @MamaEsBloguera

La aparición del primer diente del pequeño es un momento importante para los padres y será importante que velen por su salud dental. Incluso antes de su nacimiento, durante el embarazo, será aconsejable que la madre incluya en su alimentación calcio, fósforo, proteínas y vitaminas A, C y D.

Son los nutrientes necesarios para la mineralización del germen, encargado de los dientes de leche del bebé.

En el proceso de la dentición están, en primer lugar, los dientes de leche, que suman un total de 20 y se encuentran en las arcadas superior e inferior. Se trata de ocho incisivos, cuatro caninos y ocho molares. A partir de los seis años, el pequeño va perdiendo estos dientes y en su lugar nacen los llamados permanentes o definitivos. Son 32, es decir, ocho incisivos, cuatro caninos, ocho premolares y doce molares.


Los dientes empiezan a salir a partir de los cuatro meses


Entre los cuatro y siete meses aproximadamente empiezan a salir los primeros dientes, que son los incisivos frontales inferiores. Éstos dan paso, cuatro u ocho semanas después, a los incisivos frontales y laterales superiores y después de un mes, más o menos, salen los incisivos laterales inferiores. Después es el momento de los primeros molares y finalmente nacen los colmillos. De este modo, cuando el pequeño alcance sus tres años ya tiene el total de dientes de leche.

De este modo, desde los tres a los 14 años, en la mayoría de los casos, a los niños se les caen los días de leche, que dan paso a los dientes definitivos o permanentes. Posteriormente, a partir de los 20 años, empieza el procesos de las muelas, llamadas, “del juicio”, que se encuentran en la parte posterior de la boca.

Es cierto que este periodo, en algunos casos, resulta doloroso y puede hacer que el pequeño se muestre incómodo e intranquilo, que llore a menudo, incluso por las noches, porque el dolor no le deje conciliar el sueño. Asimismo, en algunos casos, el hecho de que las encías estén inflamadas por la salida del diente, puede hacer que el niño tenga un poco de fiebre. Aún así, tanto si los síntomas están fuera de lo normal y el bebé se queja demasiado, como si la fiebre es alta y se producen vómitos o diarrea, lo más adecuado será acudir al pediatra.


Los bebés, los primeros dientes y la higiene dental


De este modo, existen una serie de medidas para hacer más llevadero este proceso al bebé. Durante este periodo es frecuente que el pequeño tenga un exceso de baba, por lo que será conveniente limpiarle la cara con un paño de textura agradable para evitar la irritación de su piel. También serán útil los mordedores, aunque habrá que valorar que tienen el tamaño adecuado para que no se los trague, que no sean tan frágiles como para que se rompan mientras lo muerde el pequeño o que no contengan nada en el interior, ya que si se rompen, el bebé podría ingerir el contenido. A veces, también puede calmar el dolor, frotar las encías del pequeño con un dedo, previamente lavado.

Otro aspecto importante, en cuanto a los dientes de los bebés y niños, es la higiene. En el caso de los bebés se comenzará, incluso antes de que haya dientes, utilizando un cepillo indicado para ellos. Se frotará dulcemente las encías sólo con agua. A partir de los tres años podrá usarse dentífrico, ya que el niño sabe escupir. Será conveniente que la pasta dentífrica tenga flúor y, en el caso de los más pequeños, se le pondrá muy poco producto en el cepillo. No deben tragársela, es fundamental que los padres incidan en ello. Cuando ya tenga los dientes, deberá lavárselos unas tres veces al día y, sin duda, es muy importante para la salud bucal, que el niño no lo olvide, que se convierta en una rutina diaria.