La situación en la que estamos, y en la que podemos estar, se entiende mucho mejor gracias al magnífico libro de Luis R. Aizpeolea, Los entresijos del final de ETA. Un intento de recuperar una historia manipulada, que acaba de ver la luz gracias a la editorial Catarata. Es un libro breve, que va al turrón. La parte final se puede complementar con otro libro del mismo autor: ETA, las claves de la paz, que son las experiencias de Jesús Eguiguren, presidente del PSE y protagonista de las últimas negociaciones con la banda armada.
No voy a desvelar nada porque, aunque me he devorado el libro con lápiz en la mano, me limito a copiar parte del índice. Aizpeolea resume el final de ETA en diez grandes hitos:
1) La disolución de ETA político-militar.
2) El cambio de actitud de Francia.
3) El Pacto de Ajuria Enea.4) La primera tregua de ETA y las conversaciones de Argel.5) La caída de la cúpula de ETA en Bidart.6) El espíritu de Ermua y el Pacto de Lizarra.7) Pacto antiterrorista y Ley de partidos.8) Conversaciones de Ginebra y Oslo y Pacto de Loiola.9) Enfrentamiento entre ETA y la izquierda abertzale. 10) Declaración de Aiete y cese definitivo de ETA.A través de estos hitos, recorremos la decadencia de ETA, pero también recordamos asuntos olvidados, interesadamente olvidados muchos de ellos y descubrimos anécdotas importantes y movimientos de personajes de acá para allá.Como asegura el autor, trata de recuperar la memoria de lo sucedido. “Una memoria que se hace necesaria al estar sometida a manipulaciones políticas interesadas”.Y al igual que para Aizpeolea lo de ETA ha sido un “despropósito absoluto”, argumenta que el Partido Popular, por su actitud ante el terrorismo, “no está suficientemente homologado con las derechas democráticas europeas”.
Por periodista, me resultan interesantes las pinceladas que se dan al nacimiento de un periódico que quería ser plural: Egin, y cómo rápidamente cae en manos de HB a través del Consejo de Administración. Un Consejo que obligo a la redacción a someterse a la Alternativa Kas. Los periodistas que no lo aceptaron, se fueron en medio de la indiferencia de la prensa vasca y la intelectualidad. En aquella época, Fernando Savatercolaboraría con este medio porque le parecía interesante la cosa asamblearia. Años después se enfrentaría al terrorismo y, con Rosa Díez, ex socialista, apoyaría la creación de UPyD. El órgano de expresión de ETA entraría sin ningún problema en el club de la prensa vasca. Más adelante se refiere a la “tropelía” del cierre de Egunkaria,muchos de cuyos directivos, cercanos al nacionalismo democrático fueron detenidos , y en algún caso, hasta torturados.
El libro también es una invitación a visitar la hemeroteca y ver esa historia que Aznar quiere hacer desaparecer. Recuerda la obra de Aizpeolea que Aznar cuando gobernaba y ETA estaba en una mera tregua, reclamaba “generosidad” a los españoles con los etarras y decía: “Casi nueve meses sin asesinatos es un cambio muy importante. Es una situación muchísimo mejor que la anterior. No hay nada peor que cualquier persona sea asesinada. Avancemos en la paz”. Hoy, ETA ha cesado definitivamente. Lleva más de dos años sin matar y Aznar reclama el cumplimiento íntegro de las penas y reacciona virulentamente contra la sentencia de Estrasburgo sobre la doctrina Parot…
Yo destacaría una parte de la historia que no está siendo demasiado aireada. Esto es, las tensiones entre la izquierda abertzale y ETA. Explica la rotunda apuesta de Arnaldo Otegi por la paz, una apuesta que mantiene el líder encarcelado desde antes del atentado de la T-4 de Barajas que puso fin a las negociaciones y la tregua de ETA bajo el Gobierno de Zapatero.
Otegi está en la cárcel y Bildu en las instituciones y, no sin cierta sorna, desde la cárcel llama la atención sobre algunos errores de gestión de sus compañeros: “Solo falta que por las basuras, los toros y otras historias nos carguemos el resultado electoral de Bildu”
Y para dejar buen sabor de boca, el libro nos regala con el ejemplo de Rentería. Un “icono de la violencia en los años de plomo, que con 47.000 habitantes tuvo 29 asesinatos y en los que ETA a ediles del PP y del PSE; y grupos parapoliciales a simpatizantes de la izquierda abertzale”. Ahora, Rentería, con alcalde de Bildu y concejales de PSE, PNV y PP es un ejemplo de convivencia. Todos, a pesar del reciente pasado, han perdonado. Y para concluir el buen sabor de boca..., me han entrado ganas de tomarme un bocata de entresijos, pero de los de Embajadores, no de los de ETA.