Los diez templos del cicloturismo en España (I)

Por Rafael @merkabici

¿Recordáis nuestro especial sobre los diez templos el cicloturismo europeo que cualquier buen aficionado debería visitar? Sí, ese en el que os dábamos ideas en Francia, Italia y Bélgica para conocer un poco mejor la historia de nuestro deporte y gozar sobre vuestra bicicleta de las especiales sensaciones que se tienen en un mito... Pues bien, no pensaríais que en España no tenemos de esos templos, ¿verdad? Al contrario, aquí hay variedad de lugares que retrotraen a los buenos aficionados a tardes de ciclismo, muchas en blanco y negro, y gestas, muchas gestas. Así que, para quienes queráis preparar un viaje (peninsular) con vuestra bicicleta...aquí van nuestros diez templos cicloturistas.

    El Angliru. Lo del Angliru es un caso único en la historia. Y es que este puerto se convirtió automáticamente en mito incluso antes de haberse subido en carrera. Ya a mediados de los noventa corría entre los aficionados el rumor de que en Asturias, en plena Sierra del Áramo, existía una subida imposible que rivalizaba, y superaba, en dureza, a los mayores colosos ascendidos hasta el momento. Se llamaba el Angliru, y fue objeto de un enorme lanzamiento propagandístico antes y después de que la Vuelta a España decidiera incluirlo en su trazado para 1999. Reportajes en medios especializados, sí, pero también generalistas, fotografías por doquier, y una sensación clara: el Angliru era lo más duro ascendido hasta aquel momento en ciclismo profesional. Y el desarrollo deportivo no dejó a nadie indiferente, con un estreno en 1999 que vio coronarse al ídolo de la afición por aquel entonces, el Chava Jiménez, y la defensa del maillot amarillo por parte de Olano ante el ataque de los escaladores y del formidable Jan Ullrich, a la postre vencedor de aquella edición. Desde entonces el Angliru ha aparecido varias veces en el menú de la ronda española, siendo siempre decisivo y marcando con su dureza la carrera. Eso sí, si quieres ir a este mito como cicloturista no te olvides del triple plato y de un piñón grande como una paellera...porque de lo contrario tendrás que ver su cima desde la distancia...Advertido estás.
    Lagos de Covadonga. Estábamos a principios de los años ochenta, en la Vuelta de 1984, seguramente la más intensa, emocionante y trascendente hasta la época, y los ciclistas afrontaron un puerto inédito. Allí, ascendiendo entre cuestas imposibles, con el marco majestuoso de los Picos de Europa al fondo, el mundo ciclista conoció los Lagos de Covadonga a nivel internacional (ante había sido meta de carreras asturianas y de un Campeonato de España de Montaña). Una nueva dimensión de dureza llegaba a la ronda hispana, con las larguísimas y extremadamente exigentes pendientes de la Huesera y el Mirador de la Reina como protagonistas. Desde entonces y durante toda la década la de los Lagos fue la llegada más querida, anhelada y deseada por los aficionados, la que rompía récords de audiencia, la que llevaba más gente a las cunetas de aquel paisaje idílico. Los últimos años han sido injustos con los Lagos, relegados por otros puertos más duros y con mejor posibilidad de realizar encadenados decentes, pero su mística y su aura aun quedan en la retina de los buenos aficionados. Ojo, su escalada no es nada sencilla, y si quieres afrontarla con garantías tienes que hacerlo bien entrenado y con un desarrollo muy suave...que no te engañen los profesionales. Con todo, el paraje espectacular que irás recorriendo bien merece el esfuerzo.

El próximo día continuamos proporcionando más ideas para las mejores vacaciones ciclistas en la Península Ibérica...