Los diputados españoles se divierten: sexo en el Congreso

Publicado el 23 febrero 2016 por Alberto Garcia @ensurincon


Se terminó la vida en pareja. Es hora de tríos y orgías, ¡que comience la fiesta!


Tantos años de democracia y no nos habíamos percatado del sexo que hay en el Congreso. Las últimas elecciones han puesto al descubierto todo el tinglado.
Durante años había sexo formal, regulado e incluso bendecido por la urnas. Los protagonistas vivían en pareja, con sus tensiones, broncas y discusiones. Lo normal en la vida marital, unas veces daba uno y recibía el otro. Cada cuatro años cambiaba el rol, el que recibía antes daba ahora. Se repartían, a regañadientes, las tareas domésticas y el matrimonio mal que bien funcionaba.


Hasta aquí todo correcto, dentro de la normalidad para la vida en pareja. Pero nada es para siempre, las urnas se han aburrido y han decidido que la vida en pareja está obsoleta. El Gran Hermano del Congreso necesita más protagonistas, para darle algo de vidilla. Además, para que nos vamos a engañar… la parejita hacía ya lo que les daba la gana.
Dicho y hecho, los españoles tienen la buena ocurrencia de meter en el Congreso nuevos protagonistas. Se acabo lo que se daba para la pareja feliz. Los nuevos vienen pisando fuerte: posturas nuevas, lenguaje procaz, vestimenta descocada, pocos añitos y algunos incluso vírgenes en estas lides. Todo ello muy, pero que muy fuerte.
La pareja se asusta –lo normal en estos casos– uno de ellos se retira abatido de la escena, se abronca y se da al onanismo. El otro, más avispado, no quiere renunciar al sexo y se lanza a buscar nueva pareja… pero los tiempos han cambiado. ¡Ya no hay pareja estable!, lo único que encuentra son proposiciones para formar tríos. Y no sólo tríos, también se acercan otros. Esto ya es una orgía en toda regla. ¡Señores aquí hay tomate!.
Las parejas funcionan bien, pero hacen lo que quieren y se corrompen. Los tríos son más divertidos y la orgías son ya lo más. En España se acabó la puritana Transición, hemos descubierto de golpe la fiesta, los celos, las salidas de tono, la desmesura, el sado y las relaciones contra natura. Que dure lo que tenga durar, que se rompa lo que se tenga que romper… Total, dentro de 100 años todos calvos.