Los disparates de tres obispos andaluces: “el glotón”, “el estrecho” y “el integrista”.

Publicado el 16 febrero 2018 por Santiagomiro
Los tres purpurados andaluces: Jesús Catalá, Demetrio Fernández y Rafael Zornosa.
Las declaraciones, gestos u acciones de los obispos españoles son, a menudo, motivo de crítica y de sorprendentes comentarios que hacen cuestionar determinados aspectos de su religiosidad. Juan Luis Valenzuela nos muestra, en un artículo en ElPlural.com, “las homofobias no disimuladas, el moralismo integrista, el machismo, y las injerencias conservadoras en lo político o modos de vida no precisamente evangélicos. Destacan con luz propia tres obispos andaluces: el de Córdoba (Demetrio Fernández), el de la diócesis de Cádiz (Rafael Zornoza) y el de Málaga (Jesús Catalá). No se les ve ninguna cercanía al aperturismo del Papa Francisco. Más bien todo lo contrario”.
Los tres son descendientes de la escuela de Rouco. Por sus nítidos perfiles y claras fobias Demetrio podría clasificarse por el apodo de Demetrio, 'El Estrecho';  Rafael, por el de 'El Glotón' y de Jesús, 'El Integrista'. El primero, Demetrio Fernández, prelado de Córdoba, se caracteriza por ser un polemista y saber manejar bien los medios. “Provoca con sus homilías, pastorales o declaraciones a los medios. Es un obispo ‘mediático’ sin duda alguna. Se gusta y le gusta oírse, verse  o leerse. Por ejemplo, en una de sus cartas semanales a los fieles de la Ciudad de la Mezquita afirmó que ‘del  abrazo amoroso de los esposos proceden los hijos’ y “nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio’. Se opone a apartar de sus funciones pastorales a un sacerdote condenado por la Audiencia a varios años de cárcel por abusos sexuales contra una niña. Tardó varias semanas en rectificar y apartar al cura que fue condenado en firme. Dice que ‘varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios” Y que “cuanto más varón sea, mejor para todos en la casa. Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos”. Igualmente, se muestra insumiso a las leyes nacional y autonómica de Memoria Histórica.
Por su parte, Rafael Zornoza, titular de la Diócesis de Cádiz, es conocido por su afición a comer y beber bien  y, cuando va a las parroquias, prefiere el afamado restaurante gaditano “El Faro”, lugar en el que pide un exquisito vino de casi 200 euros de coste. “Varios sacerdotes han enviado cartas al Papa y al nuncio apostólico en España, criticando su lujoso estilo de vida ‘antievangélico’. También censuran que disponga de varios coches y su afición a viajar al extranjero. Y revelan que permita que haya 20 sacerdotes en la diócesis provenientes de Colombia o Polonia, con un fuerte perfil ‘ultraconservador’ a los que les daría un trato preferente. Zornoza, que llegó a Cádiz en 2011, saltó a la fama por denegar a un transexual de Cádiz el permiso para ser padrino en el bautizo de su sobrina.
Pero, quien está más en contra de gays y lesbianas es, sin duda alguna, el obispo de Málaga, Jesús Catalá. “Es una auténtica fábrica de ofensas contra los mismos. A tanto llega su hostilidad que cabe recordar cómo, ante 500 jóvenes adolescentes y escolares de centros religiosos de Málaga, afirmó que “la legislación española sobre el matrimonio es la peor del mundo, porque se habla de ‘cónyuge 1 y cónyuge 2’, que bien podrían ser dos hombres, un hombre y un perro o un bebé y un anciano de 70 años”. Jesús Catalá llegó a mantener en público que la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual no es adecuada psicológicamente para el menor. “A alguien que yo quisiera no le desearía esta situación de ser adoptado por parejas del mismo sexo”, dijo en un centro religioso de los jesuitas, lo que se entendió como una forma de desmarcarse de la doctrina del Sumo Pontífice, el papa Francisco. “Catalá, junto a sus compañeros de Cádiz y Córdoba, seguirán teniendo sus minutos de gloria y la sociedad, la civil y la religiosa, tendrá que continuar soportando sus ofensas y actitudes reaccionarias y no acordes con la sociedad en la que vivimos, mucho más abierta, más tolerante y bastante más respetuosa que esta tríada purpurada que dicen hablar en nombre de Dios y de un mensaje, como el evangélico, noble, respetuoso y solidario. El que ellos, por cierto, no practican”.