Los dos motivos

Por El Camino Español @elcaminoespanol

El 22 de Agosto de 1567 se marcó un punto de inflexión en la historia europea. El duque de Alba al frente de 10.000 veteranos de los tercios, después de 1100 kilómetros de marcha iniciados en Milán, llega a Bruselas. La situación política de Europa se vería irremediablemente transformada y, con ello, las perspectivas de la hegemonía Habsburgo en el continente. Desde otro punto de vista también constituyó una de las hazañas logísticas más sobresalientes de la historia militar y diplomática europea, que dejó su huella en el arte, la prosa y el verso.

Los motivos

La decisión de que un ejército marchara hacia Flandes surgió de la combinación de dos hechos: la radicalización de las ideas protestantes (luteranos, anabaptistas, y sobre todo calvinistas) en los Países Bajos Españoles y la creciente oposición de algunos miembros de la nobleza flamenca a las políticas de su soberano, Felipe II. Para poner en contexto y a modo de ejemplo, las ideas protestantes sumieron a la poderosa Francia en una guerra de religión que, en varias fases, se alargó durante toda la segunda mitad del siglo XVI (1562-1598) debilitándola y empobreciéndola.


Hasta 1559, el rey prudente gobernó su vasto imperio desde Bruselas, pero en ese año partió para la cálida España, dejando a su hermanastra, Margarita de Parma como regente, y al leal y experimentado Cardenal Granvela como consejero de ésta. La pérdida de influencia no sentó nada bien a los nobles locales. Unos pocos de ellos, dirigidos por el conde de Egmont y Guillermo de Orange buscaron una manera de forzar al Rey a tenerlos en cuenta sin que fuera necesario que ellos se desplazaran a Madrid. Con el objetivo de tener apoyo de la población escogieron, dada la rápida propagación por Europa de las ideas protestantes, la tolerancia religiosa como argumento principal de su política. Y si bien en este momento ninguno de los líderes aristocráticos era protestante, se negaron a hacer cumplir las leyes contra la herejía. La consecuencia fue que el número y la osadía de los protestantes en los Países Bajos aumentó rápidamente.

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