Los reptiles son uno de los grupos de animales mas interesantes de los hábitats insulares. Su reducida capacidad de dispersión, sobre todo si la comparamos con la de las aves, hace de ellos unos candidatos perfectos para el estudio de la evolución y la selección natural. Darwin ya se dio cuenta de esto cuando en 1835 desembarcó en las Islas Galápagos y observó a unas iguanas que al contrario que sus parientes terrestres se sumergían en las aguas del océano para comer algas. No fue hasta 1859 cuando Darwin publicó "El origen de las especies por medio de la selección natural" y sugirió que estas iguanas podrían haber evolucionado de una especie de iguana terrestre que habría llegado a estas islas millones de años atrás. La necesidad de buscar alimento entre la escasa oferta disponible en esas islas volcánicas hizo que algunas de esas iguanas terrestres comenzaran a buscar algas en la orilla del mar e incluso bajo la superficie del agua. Los individuos mas exitosos conseguirían mas alimento y tendrían mas oportunidades de reproducirse, y al igual que ocurrió con sus vecinos, los cormoranes ápteros, de los que ya hablé hace unos días, la selección natural fue favoreciendo a aquellos individuos capaces de sumergirse y conseguir alimento en un habitat tan duro como este.
El aislamiento de estos ecosistemas ha favorecido los fenómenos de especiación, de forma que en el caso de archipiélagos como el de Canarias (o las Galápagos), es frecuente que en cada isla haya una o varias especies endémicas de reptil que ha evolucionado a partir de un ancestro común. En el caso de Canarias casi cada isla tiene su propia herpetofauna endémica, destacando los lagartos gigantes, tanto por su aspecto como por su estado crítico de conservación. En la isla de La Gomera se encuentra la especie más amenazada, y probablemente el reptil más amenazado del planeta: el Lagarto gigante de la Gomera (Gallotia bravoana), que fue descrito en 1985 como un taxón fósil y encontrado vivo en 1999 en el risco de la Merica, en el Valle Gran Rey. En el censo realizado en el año 2001 el número de individuos encontrados no superaba la quincena, que vivían en un área de 4000 m2. A partir de unos pocos individuos capturados se inició un exitoso programa de recuperación de la especie que incluyó la cría en cautividad y la eliminación de depredadores introducidos, la mayoría gatos. Actualmemente, la población salvaje ya supera los 150 ejemplares. En mi visita a la isla, como era esperable no vi ninguno de ellos, aunque estuve en las instalaciones del centro de recuperación pero en ese momento estaban cerradas.
Tuvimos mas suerte con las otras tres especies de lagartos gomeros ya que en un muro de rocas cercano al Charco del Conde, en el Valle Gran Rey las pudimos ver a placer. La más grande de estas tres especies es el Lagarto Tizón de la Gomera y el Hierro (Gallotia caesaeris), que hasta hace poco se consideró una subespecie del Lagarto tizón de Tenerife (Gallotia galloti), pero según los últimos análisis genéticos realizados parece haberse diferenciado de esta especie hace mucho tiempo, considerándose actualmente una especie separada endémica de la Gomera y de la vecina isla de El Hierro.
La tercera especie endémica de la Gomera es el Pracán o perenquén gomero (Tarentola gomerensis), una salamanquesa cuya area de distribución se circunscribe a esta isla, aunque está estrechamente emparentada con las salamanquesas de Tenerife y La Palma. Llamaba la atención su coloración negruzca, como la de otros reptiles de estas islas que la hacía pasar desapercibida cuando se encontraba sobre las rocas volcánicas que abundan en su hábitat.
La última especie de reptil gomero es la lisa dorada (Chalcides viridanus), que se encuentra estrechamente emparentada con otros eslizones canarios. Originaria de Tenerife, La Gomera y el Hierro ha sido introducida en La Palma en tiempos recientes. Al igual que otros eslizones, tiene las patas mucho mas cortas que los lagartos, aunque no tanto como otras especies de su mismo género. A pesar de su nombre común, los machos adultos son de un llamativo color negro brillante salpicado con pequeños puntitos azulados, como pudimos observar en uno de los ejemplares que encontramos en una grieta entre las rocas.
Con este tercer capítulo sobre los reptiles, terminaré con esta miniserie canaria, no sin antes dejar un par de fotos de una de las playas más bonitas en las que estuvimos, la playa de Benijo en el norte de Tenerife.
Ahora de vuelta en Asturies y con una nueva ola de frío a la puerta, que parece que dejará nieve casi a nivel del mar, parece imposible que hace poco mas de una semana nos estuviéramos bañando en el mar con el agua a 21ºC.