Los ecos de la guerra judeo-palestina en el mundo…Y, en España, ganó de nuevo Sánchez.

Publicado el 19 noviembre 2023 por Santiagomiro
El presidente estadounidense, Joe Biden, con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Tel Aviv. 

Carlos Hernández-Echevarría escribía el pasado 29 de octubre un reportaje en ElDiario.es sobre este tema en el que remataba que ni los judíos estadounidenses son ciegos seguidores de Benjamin Netanyahu, ni a éste le faltan otros aliados en Washington que no son judíos. “Los judíos estadounidenses son poco más del 2% de la población del país, pero se les achaca una habilidad casi milagrosa para poner a su país del lado de Israel. Cada vez que se incendia Oriente Medio, algún analista nos habla de su riqueza y su supuesta influencia en los medios de comunicación para citar ‘el tremendo poder del lobby judío en la política norteamericana’. La teoría, sin embargo, tiene un problema fundamental: ni los judíos estadounidenses son ciegos seguidores del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, ni a este le faltan otros aliados en Washington que no son judíos. Si miramos las encuestas más recientes, vemos que las opiniones de los judíos estadounidenses son más diversas y más críticas de lo que habitualmente se cree: un 60% piensa que debe haber un Estado palestino, un 25% cree que Israel está practicando el apartheid y el 22% habla directamente de genocidio, según el Jewish Electoral Institute. Menos de un 20% está a favor de un ‘Gran Israel’ que se extiende a todos los territorios palestinos y apenas uno de cada tres cree que el Gobierno de Netanyahu está haciendo ‘un esfuerzo sincero’ por alcanzar la paz. Las posturas más críticas son particularmente comunes entre los judíos estadounidenses más jóvenes, pero los que quieren marcar distancias son ya mayoría en algunos aspectos clave: apenas un 25% se opone a que EEUU limite su ayuda a Israel en función de que no se pueda emplear para construir nuevos asentamientos en territorio palestino. Esto no quiere decir que a los judíos estadounidenses no les importe el destino de Israel: más del 60% se sienten ‘vinculados emocionalmente’ al país, pero no necesariamente a las medidas del Ejecutivo de Netanyahu o de cualquier otro. Casi el 70% considera que alguien puede ser ‘pro-Israel’ y al mismo tiempo criticar las políticas de su Gobierno”. 

Trump y los “judíos desleales”

Nadie ha entendido esto peor que Donald Trump. El expresidente, que hizo concesiones fundamentales a Netanyahu como el reconocimiento de la soberanía israelí de Jerusalén, llegó a decir que los judíos estadounidenses que votaban a los demócratas eran por tanto “ignorantes o desleales al pueblo judío”. Toda una acusación, habida cuenta de que Joe Biden lograba en 2020 más del 70% del voto judío. Trump no se explicaba cómo sus regalos a Israel y sus castigos a los palestinos no le hacían más popular entre los judíos estadounidenses, pero el 70% de ellos tienen una opinión desfavorable del exmandatario y una mayoría apoya el desmantelamiento de algunas de sus decisiones en Oriente Medio. Por ejemplo, cuando Biden decidió descongelar las ayudas humanitarias a Palestina bloqueadas por Trump, apenas un 28% de los votantes judíos estuvo en contra. Como electorado, los judíos estadounidenses son un grupo fundamentalmente demócrata y progresista, con una visión crítica de la ultraderecha estadounidense. Preguntados por la intolerancia dentro de EEUU, un 60% de los judíos está más alarmado por el antisemitismo de derechas que por el de izquierdas, mientras sólo un 20% opina al revés. Todo esto no quiere decir que Israel y sus políticas actuales no tengan influyentes defensores en Washington. El Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC) es una de las 50 organizaciones que más gasta en donaciones políticas y tiene un éxito excepcional a la hora de ayudar a los candidatos que apoya a ser elegidos. Las cifras nos dicen que dona más dinero a candidatos del Partido Demócrata, pero esto es en parte porque su prioridad es invertir en candidatos centristas durante las primarias del partido para impedir la llegada de otros más a la izquierda y más críticos con Israel. AIPAC tiene vínculos tan fuertes con la derecha en Israel que el diario Haaretz ha llegado a decir que es “un lobby pro-Netanyahu y anti-Israel”. Sin embargo, el mejor aliado del actual Gobierno israelí en EEUU no está en AIPAC ni entre los judíos estadounidenses, sino en otra parte del electorado: el grupo religioso que más apoya sus políticas son los votantes blancos evangélicos. Y, si apenas el 30% de los judíos estadounidenses cree que Dios entregó el territorio de Israel a los judíos, un 70% de los evangélicos opina eso.

Una gran bandera de Israel luce en la fachada de la sede de Los Verdes, dirigido por el canciller alemán, Olaf Scholz.

De nuevo, el canciller Olaf Scholz (socialdemócrata) y su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock (Verdes), entre otros políticos progresistas, repiten que “la seguridad de Israel es una razón de Estado” para Alemania. El periodista Aldo Mas nos recuerda que esa misma bandera azul y blanca ha sido proyectada, de noche, en la Puerta de Brandeburgo, en señal de solidaridad con Israel. Miles de personas la portaron también frente al monumento berlinés en la manifestación convocada hace unos días por, entre otros, los principales partidos del país en otra muestra de apoyo a Israel, que el 7 de octubre sufrió a manos de Hamás el peor ataque en décadas. “Entre los convocantes de esa concentración figuraban los grandes partidos de la izquierda representados en el Bundestag: el SPD, Los Verdes y la formación izquierdista Die Linke. Esos partidos, como en la ‘unidad’ que forman en la cámara la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, sostienen que la ‘seguridad de Israel es una razón de Estado para Alemania’. Debido al Holocausto y la responsabilidad histórica de los alemanes en el asesinato de seis millones de judíos de Europa, la Alemania democrática surgida de la Segunda Guerra Mundial, y ampliada tras la reunificación en 1991, tiene una vinculación muy especial e intensa con Israel. Tal vínculo llevó al canciller socialdemócrata Olaf Scholz a afirmar, en una declaración oficial el 8 de octubre, que “la seguridad de Israel es una razón de Estado para Alemania”. La frase se había escuchado antes en boca de un canciller alemán. Concretamente, en 2008, en los tiempos de la conservadora Angela Merkel, según recuerda la Agencia Federal de Educación Cívica (BPB, por sus siglas alemanes). ‘La seguridad de Israel no es negociable para mí como canciller alemana’, dijo entonces Merkel en la Knéset –el Parlamento israelí– durante su visita al país dirigido por Benjamin Netanyahu. Merkel retomaba una expresión que ya circulaba en el ámbito diplomático germano. La autoría de la frase se atribuye al que fuera embajador de Alemania en Israel, entre 2000 y 2005, el diplomático y político socialdemócrata, Rudolf Dressler. Y, en vista de la reacción que tuvieron las principales figuras alemanas al ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre, toda la izquierda del país integró esa máxima que une al Estado germano con Israel.

La Ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, llegando al aeropuerto de Tel Aviv.      

No solo Scholz y el SPD argumentaron en favor de “la seguridad de Israel” y de “su derecho a defenderse”, tras un suceso, comparado también en Alemania, con los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU. Annalena Baerbock, la ministra de Exteriores y prominente figura de Los Verdes, también ha repetido estos días que “la seguridad de Israel es para nosotros una razón de Estado”. Baerbock pronunció estas palabras en la ciudad del sur israelí de Netivot, otra de las poblaciones víctimas del ataque el 7 de octubre, mientras la ONU llamó a cesar el “castigo colectivo” contra la población palestina, asegurando que se trata de un crimen de guerra. Fuentes del partido dicen a elDiario.es que el ataque de Hamás ha fortalecido los vínculos y el apoyo incondicional de los ecologistas a Israel y su autodefensa, un sostén que en Los Verdes se daba ya por hecho. Consultado también por este medio, Die Linke invitó a recordar la manifestación frente a la Puerta de Brandeburgo, un marco en el que Martin Schirdewan, copresidente del partido de izquierdas, en unas declaraciones recogidas por el diario berlinés Der Tagesspiegel, expresó su conmoción ‘por el terrorismo de Hamás, los horribles asesinatos de niños, las masacres, violaciones y secuestros de civiles’. En el mismo tono se expresaban, además de los conservadores, los otros dos partidos de centroizquierda del Gobierno alemán, SPD y Los Verdes. “Tras el cruel terrorismo de Hamás, nos mantenemos unidos y solidarios con Israel y con todos los judíos”, dijo en el marco de la concentración Omid Nouripour, copresidente de Los Verdes. En el SPD, la copresidenta Saskia Esken llegó a anular un encuentro con el senador estadounidense Bernie Sanders, después de que éste criticara la reacción de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, según informó la crónica local alemana, que recogió con tono crítico que Sanders calificara de ‘ruptura con el derecho internacional’ la reacción militar israelí frente a Hamás. ‘Él [Sanders] habría tenido la oportunidad de abandonar sus relativizaciones anteriores y posicionarse claramente al lado de Israel y contra el terror de Hamás y otros. Pero no lo hace.”, dijo Esken. La izquierda alemana cierra filas con Israel. Berlín pedirá a que se respete el ‘derecho humanitario’, pero, según ha dicho Gregor Gysi, líder histórico y referente nacional en Die Linke, la existencia de Israel es ‘una necesidad histórica’. 78 años después del Holocausto, parece claro que Israel también tiene un fuerte aliado político en el espectro de la izquierda en Alemania.

Manifestantes ondean la bandera palestina frente a los agentes de policía en Berlín el pasado 18 de octubre.      

En ciudades como Berlín se han prohibido manifestaciones alegando una “probable simpatía con Hamás”, pero la diáspora árabe y palestina en el país ha salido a manifestarse en contra de los bombardeos israelíes en Gaza. En estos días en los que las bombas israelíes se ceban con la Franja de Gaza, miles de personas se manifiestan en todo el mundo. En Alemania, el país europeo que más personas refugiadas acoge y cuya capital cuenta con la mayor diáspora palestina en Europa, las protestas chocan con el cierre de filas con su aliado israelí. Tanto la capital alemana como Frankfurt, Colonia, Düsseldorf y otras ciudades del país fueron escenario de numerosas protestas desde el estallido de la guerra en Gaza. Y muchas de esas concentraciones se han celebrado pese a los vetos de las autoridades. La Policía de Berlín anunciaba el 10 de octubre la prohibición de marchar en solidaridad con Palestina en la Plaza de París, en el centro histórico de Berlín, alegando que su celebración suponía un peligro para la seguridad y el orden. En otro mensaje iba más allá y especificaba que “los participantes probablemente simpaticen con Hamás”. El 15 de octubre se canceló otra por considerarla sustitutiva de las anteriores. “Debido a la gran afluencia de personas, portando símbolos a favor de Palestina, la reunión fue prohibida antes de comenzar”, anunciaron. “Primero teníamos permiso para manifestarnos, pero a los pocos minutos de empezar, la policía dijo que se prohibía y cargó contra quienes estábamos allí, lanzando gas pimienta y deteniendo a manifestantes”, cuenta a elDiario.es H., refugiado palestino que lleva seis años residiendo en Berlín y que prefiere no revelar su identidad. “Somos una comunidad enorme a la que se está denegando el derecho a expresar y canalizar su dolor de forma pacífica”, añade. En la misma semana, otras también se han prohibido y se han vivido incidentes como el protagonizado por una mujer judía retenida por la policía, cuando llevaba un cartel con el lema “detened el genocidio en Gaza”. 

Miles de personas en todo el mundo salen a la calle pese a las restricciones de algunos gobiernos.

Las medidas no son nuevas (ya se prohibieron concentraciones anteriores, como las del 13-15 de mayo de 2022 para conmemorar la Nakba, algo que denunciaron organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional), pero han ido a más, incluso hasta la cancelación de eventos culturales.  Entre los más recientes, la ceremonia de entrega de premios a la escritora palestina Adania Shibli en la feria del libro de Frankfurt y la del evento en el que participaba la artista y directora de cine palestina Emily Jacir. Asociaciones y centros cívicos como Oyoun, centro cultural y artístico berlinés, afirman que han recibido presiones para cancelar actos como el de Jewish Voice for a Just Peace in the Middle East. El pasado 15 de julio, el grupo de música Ska-P sufrió otro incidente en Munich. Según denuncia el grupo, la policía se presentó en la prueba de sonido y les comunicó que por orden de la Fiscalía tenían prohibido cantar la canción 'Intifada'. “Parece que defender el derecho a existir de los palestinos, o denunciar los crímenes de guerra, aquí se considera equivalente a pedir la destrucción de Israel. No hay espacio para el matiz y esta censura está siendo implementada con más virulencia hoy contra los símbolos palestinos de lo que hemos visto cuando se trata de manifestaciones de grupos domésticos explícitamente antisemitas o neonazis”, confiesa Elisa M, activista de los derechos humanos con familia en Siria que lleva siete años viviendo en Alemania. Según A., activista bosnio-alemán dedicado a la investigación de la memoria histórica que también ha pedido no revelar su identidad, lo que se está viendo “es la consolidación de un nuevo 'German ersatz-nationalism' o nacionalismo de reemplazo”. “Grupos racializados son ahora el objetivo en nombre del 'anti-antisemitismo'. Es difícil no remitirse al 11 de septiembre, al pánico racista y a la supremacía blanca que lo sucedieron”, dice.

La ministra del Interior del Reino Unido, Suella Braverman, evaluó si determinados actos pueden ser considerados como un delito de orden público.

Los últimos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales se dan en un contexto de endurecimiento de la política migratoria alemana. El país se había convertido en uno de los pocos lugares seguros para quienes huían de la represión en Oriente Medio.  La propuesta está en línea con otras recientes en el contexto europeo, como la de la ministra de Interior británica, Suella Braverman, que afirmó que ya no solo los símbolos explícitos de apoyo a Hamás son una cuestión preocupante, sino que incluso la bandera palestina podría considerarse una muestra de apoyo al terrorismo. El pasado lunes, el primer ministro británico, Rishi Sunak, cesaba a la responsable de Interior. James Cleverly, En Francia, el ministro del Interior ordenó a los prefectos (los delegados de gobierno) la prohibición de las manifestaciones propalestinas, alegando que “pueden generar alteraciones del orden público”. El ministro dijo que la organización de estas protestas “debería dar lugar a detenciones”. La policía incluso se presentó en un restaurante que se llama Chamas Tacos y cuyo letrero luminoso se había estropeado, dejando apagada la 'C' inicial (hamas). Las medidas no han logrado, de momento, frenar las muestras de solidaridad. “En mi barrio, donde se concentra buena parte de la comunidad de origen árabe, hay concentraciones diarias. Para protegernos, son nuestros compañeros alemanes o europeos quienes están dando un paso al frente en la organización de las protestas. A esa solidaridad nos aferramos”, explica H.  “Me gustaría hablar alto y claro, pero muchos estamos en proceso de obtener la residencia permanente o la nacionalidad y no podemos arriesgarnos a que se nos acuse de ‘antisemitas’ por defender los derechos de los palestinos. Esta es la línea de las autoridades alemanas y es evidente que se está endureciendo”, añade.

Hasta 80 dirigentes de formaciones y espacios políticos de izquierdas en el ámbito internacional han remitido un escrito al fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Ahmad Khan, para pedir una investigación contra el Gobierno de Israel, liderado por Benjamin Netanyahu, por sus ataques y bombardeos a la población civil palestina en Gaza. La petición, formulada al amparo del artículo 15 del Estatuto de Roma, solicita a la Corte que amplíe la investigación que inició en 2021 contra Israel por crímenes de guerra a la luz de los hechos ocurridos desde el pasado 7 de octubre, entre los que destacan ataques a campos de refugiados, el uso de fósforo blanco o el bombardeo contra el hospital de Al-Ahli. Además, aporta documentación para dar respuesta a la solicitud de apoyo formulada por Khan el pasado 29 de octubre, cuando visitó el paso fronterizo de Rafah (Egipto) y pidió “cooperación” y “asistencia” a la comunidad internacional para hacer que se respete el derecho internacional en la zona. En España, además de dirigentes de Podemos (como la propia Belarra, la ministra de Igualdad Irene Montero, o la eurodiputada Idoia Villanueva, entre otros), lo firman dirigentes de Sumar (la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop), de Izquierda Unida (el eurodiputado Manu Pineda), de ERC (Gabriel Rufián) y del BNG (la eurodiputada Ana Miranda). Los firmantes e impulsores de esta iniciativa han abierto una página web para recabar más firmas que apoyen la investigación contra el Ejecutivo de Israel por crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio contra el pueblo palestino. A través de un vídeo difundido en redes sociales, Belarra pide “pasar a la acción” contra este “genocidio en directo” para “promover un alto el fuego y que termine esta barbarie, porque la barbarie, si no la detienes a tiempo, te arrastra con ella”. “No vamos a permitir un genocidio con nuestro silencio y nuestra complicidad”, ha zanjado.

Miles de personas salieron el domingo, 29 de octubre a las calles en Madrid para mostrar su solidaridad con el pueblo palestino y pedir el cese de la guerra al grito de “no son muertes, son asesinatos” y bajo el lema 'Siempre con la resistencia palestina'. En concreto, alrededor de 35.000 personas, según detallaron fuentes de Delegación de Gobierno a Europa Press, asistieron a la concentración que comenzó en torno a las 12.00 horas en Atocha y que concluyó en Plaza de España. En Barcelona, miles de personas piden al Gobierno suspender el negocio de armas con Israel. Y, en el plano internacional, se pide la paz y se señala que las muertes de la población palestina son “crímenes de guerra”. Y, mientras Israel promete “el fuego del infierno” a los palestinos en la nueva fase de la guerra, cargos como el secretario general del Partido de los Trabajadores de Bélgica, Peter Mertens, varios diputados de Chile, México y Bolivia, así como diversos eurodiputados de fuerzas progresistas.  La petición de juzgar a Netanyahu se formula al amparo del artículo 15 del Estatuto de Roma y específicamente solicita a la Corte que amplíe la investigación que inició en 2021 contra Israel por crímenes de guerra a la luz de los hechos ocurridos desde el pasado 7 de octubre, en respuesta al ataque de Hamás, entre los que destacan actuaciones armadas contra campos de refugiados, el uso de fósforo blanco o el bombardeo contra el hospital de Al-Ahli en Gaza.

Pedro Sánchez a presidente de un gobierno de coalición en España

Y, mientras que, en Gaza, el Comité Internacional para la Protección de los Periodistas advierte de que han muerto más periodistas estas semanas que en cualquier otro conflicto desde 1992, en España, Pedro Sánchez ha conseguido su objetivo, ser nombrado de nuevo Jefe del Estado. Lo que parecía el principio del fin de su presidencia se ha transformado en una reválida aprobada para cuatro años más, con más apoyo parlamentario que el de 2020: 179 diputados votaron a favor en su investidura. En ese sentido, escribe Juanlu Sánchez en Al día: “También es verdad que esos apoyos son más frágiles: sobre todo Junts, pero también ERC y hasta los diputados de Podemos dentro de Sumar ya han advertido de que no será una legislatura fácil para la coalición.  Al acercarse a su escaño en el saludo tradicional tras la designación del presidente, que suele ser una mera felicitación por cortesía, Feijóo le ha dicho a Sánchez: ‘Esto es una equivocación’. Hoy Ignacio Escolar se pregunta con ironía: “¿Cómo es posible que vuelva a gobernar España una coalición de izquierdas cuando la mayoría en este Congreso teóricamente la tiene la derecha?’. Las acusaciones (sin pruebas) del PP de que el PSOE ya prepara una amnistía para presos de ETA son otro indicio más de que el ruido no va a parar. Un diputado del PSOE ha recibido una agresión cerca del Congreso, le tiraron un huevo que le impactó en la cabeza. Aunque las últimas manifestaciones de hombres muy hombres hayan pinchado, lo de calentar la calle no siempre es reversible. Así que hoy probablemente no termine nada, en la política española no hay principio ni fin. De hecho, ya estamos en lo siguiente: el nombramiento de ministros… Rumores hay muchos, certezas hay pocas. Hay personas del actual gabinete que se ven muy fuertes: Félix Bolaños, Nadia Calviño, Teresa Ribera… pero todo puede pasar. Del lado de Sumar, obviamente Yolanda Díaz repetirá como vicepresidenta, pero todo lo demás cambiará: se habla de Mónica García para Sanidad, se habla de Ernest Urtasun, se habla de Sira Rego, propuesta por IU. Pero el elefante en el despacho es Podemos, que en crisis total con Yolanda Díaz eleva la presión para lograr un ministerio. Hasta el PSOE se lo plantea para evitar que los cinco diputados morados no se conviertan en otro grupo aparte con el que tener que negociarlo todo”.

“Me da mucha pena —escribe David Torres en ‘Público’, bajo el título “Lástima que se acabó”— que hayan investido a Pedro Sánchez presidente, para qué vamos a engañarnos. Nos lo estábamos pasando tan bien con los espumarajos jurídicos de Abascal, las cencerradas poéticas de Feijóo y con Ayuso musitando ‘hijo de puta’ ante las cámaras, que es una lástima que esto se termine. Desde que la derechita cobarde y la ultraderechita valiente ganaron las elecciones en la imaginación para perderlas luego en la realidad por unos miserables puntos -como en los últimos segundos de una final de baloncesto-, todo ha sido un no parar de reír, un festival del humor involuntario e irresistible. La política española no era tan divertida ni tan folklórica al menos desde que Manuel Fraga se bañó en Palomares embutido en un saco de cuello alto. Es cierto que, como se decía en tiempos de Fraga, Spain is different, porque en casi todas las democracias del mundo los políticos aceptan la derrota y a veces incluso hasta felicitan al rival que les ha vencido por la mano. ‘Estados Unidos ha hablado alto y claro’ dijo hace unos años un candidato estadounidense después de comprobar que, tras el recuento de votos, se quedaba a las puertas de la Casa Blanca. En España, aparte de los toros y la paella, tenemos la marca distintiva de una derecha cavernícola, una derecha de mierda que ha preferido el método de Trump de enviar muchedumbres de búfalos bípedos al asalto del Capitolio. Ya quisiéramos contar con una derecha civilizada y liberal como en otros países europeos, pero aquí a Vox y al PP, como podemos ver cada noche en Ferraz, los representan el pollo franquista, el saludo nazi, las muñecas hinchables y el rezo del rosario”. 

Feijóo llegó a decir que no era presidente porque no le daba la gana.

“Además del juego limpio —continúa David Torres—, el buen perder y el sentido común, hay un evidente déficit aritmético en los líderes de la derecha española, dos personajes que contaban una y otra vez con los dedos los diputados que les faltaban para la investidura sin hacer caso de las lecciones del Conde Draco. Les sobraban dedos. Tras su investidura fallida, Feijóo llegó a decir que no era presidente porque no le daba la gana, una exhibición de humildad parecida a la mía cuando aseguro que no soy Premio Nobel de Literatura porque no me gusta quitarle el pan a nadie. En el debate del miércoles se puso en ridículo por enésima vez corrigiendo a Sánchez, que había citado un verso de Antonio Machado, con un añadido que él también creía del poeta sevillano pero que resultó ser del cantautor Ismael Serrano. Asombra pensar que los gallegos han tenido tantos años al frente de la Xunta a un señor que ignoraba lo que sabía todo el mundo: que su amigo Marcial Dorado se dedicaba al narcotráfico. Lo mismo podían haber elegido de presidente a un pulpo a feira. Tampoco es que yo tenga muy buena opinión de Pedro Sánchez, un tipo muy guapo que no es más que un vulgar trilero de tres al cuarto, un tentetieso que siempre cae de pie, pero la verdad es que Sánchez, al lado de Feijóo y de Abascal, parece una mezcla entre Metternich y Pericles. No me gusta ni un pelo la maniobra con que ha decapitado a Unidas Podemos, colocando en su lugar a Sumar como un sucedáneo de progresismo, una especie de Ciudadanos de izquierda trufado de traidores y errejones. Ojalá me equivoque, pero ya veremos si, con el tiempo, Yolanda Díaz resulta ser algo más que un eco del PSOE. En cualquier caso, da mucha lástima que se acaben las manifestaciones nocturnas en Madrid, con la Santa Compaña vestida de punta en blanco y el desfile de fachas desatados. Un amigo me comentó que él va cada noche con la peña de los Ultrasur no tanto por protestar la ley de amnistía sino por correr delante de los antidisturbios como si fuesen miuras. Con un poco de suerte, pueden seguir cuatro años parando el tráfico y dando la barrila, y entonces el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo debería promocionarlos para que los extranjeros vayan a ver todas las noches otra muestra impagable de folklore hispánico. Unos sanfermines castizos, sí, pero sin Hemingway”.  



Otros comentarios, imágenes, fotomontajes y fotos:

Abascal paseándose por las manifachis con Tucker Carlson, “periodista” expulsado de Fox News por difundir noticias falsas que le acabaron costando 700 millones de dólares a la cadena. Que te echen de Fox por ultrabulero es como que te echen de OkDiario por facha. El nivelito. (Skakeo FanZine)

Sigue el show ultra contra la investidura de Pedro Sánchez con todo tipo de excusas.

El pasado martes, dentro del sainete de la ultraderecha, Vox se querelló contra el presidente del Gobierno por la amnistía y pidió al Supremo la suspensión cautelar de la investidura. El Alto Tribunal no ha tardado ni 24 horas en rechazar este extremo y además han pedido a los de Abascal que expliquen “contra quién va dirigida la querella y el delito”. Este es el nivel. Todo muy ridículo sí, pero el espectáculo ya está servido que es les importa. Además, con fotos incluidas. En una de ellas, Abascal muestra orgulloso la querella.

El diario ‘The Guardian’ apoya la apuesta de Pedro Sánchez por la amnistía: 'Merece la pena'. 

Pedro Sánchez sigue acumulando apoyos de la prensa internacional en su apuesta por la amnistía a los independentistas catalanes. Si hace unos días el diario Financial Times consideraba en un editorial que la medida que tanta polémica levanta en España “es una apuesta que merece la pena hacer”, este pasado martes fue el diario británico The Guardian, de tendencia progresista, el que aseguraba en otro editorial que el presidente del Gobierno en funciones “tiene razón al haber apostado por la amnistía”. 

                             

Hace unas noches, en Ferraz aparecieron unas muñecas hinchables que llamaban 'putas' a las ministras del PSOE, incluyendo el machismo en su festival ‘democrático’. Un ratito antes, rezaron el rosario. Esperpento total. (Skakeo FanZine).

Isabel Díaz Ayuso honró al Congreso con su presencia durante el debate de investidura de Pedro Sánchez. 

Las cámaras captaron en el pleno del Congreso a Ayuso mientras movía sus labios. “Hijo de puta”, se pudo leer en ellos, palabras que pronto empezaron a correr como la pólvora en redes sociales. Fue al hacer Sánchez alusión al posible “caso de corrupción” del hermano de “la señora Ayuso”. Una reacción que el propio equipo de la presidenta justificó.  Dirigentes del PP, como Alfonso Serrano, difundieron tuits con el hashtag #MeGustaLaFruta, sugiriendo que era eso lo que Ayuso había pronunciado. El insulto provocó un revuelo en el hemiciclo, lo que llevó a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a pedir “tranquilidad” a todos los presentes. (Tremending)

El Intermedio del miércoles dedicó gran parte de su contenido a la primera sesión de investidura de Pedro Sánchez. Sandra Sabatés explicó cómo Feijóo acusó de “corrupción política” y “fraude electoral” al líder del PSOE, mientras Santiago Abascal le imputaba un “golpe de Estado” y hasta llegó a compararlo con Hitler. Dani Mateo comenta que Ayuso “vocaliza muy bien sin necesidad de intérprete” y añade que horas más tarde el PP reconoce que “llamó al presidente 'Hijo de puta' y que es lo mínimo que se merece”. Una confirmación que dejaba perplejo al Gran Wyoming: “¡No puede ser! ¡No me lo creo! ¿Que la presidenta de la Comunidad de Madrid en el Congreso de los Diputados llama 'Hijo de puta' al Presidente? Pues eso es que la democracia está al caer”, espetó.

Javier Durán advierte que Feijóo ha perdido la investidura, pero que no se va con las manos vacías. “Se lleva tres sueldos, un fuerte aplauso del público facha y el juego del programa”.F
Los memes más descacharrantes para explicar la investidura de Sánchez: “Y prometo ‘putodefender’ la Constitución”
El pasado jueves, Sánchez fue investido presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados y el viernes volvió a prometer el cargo ante el rey. Su principal rival, Alberto Núñez Feijóo, lleva meses proclamando que es él quien ha ganado las elecciones.Abriendo sendas.

El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F, Vergara, Enrique, Sansón, Miliki y Duarte, Ricardo, Indígoras y Pachi…








Aritmética parlamentaria.                                                                                 Contra la amnistía.
Hay que decirlo más.Los defensores de la legalidad,Sánchez, presidente. 





Pep Roig, desde Mallorca:

¡Fuego!

Revisión.Protesta contra propuesta. Enemigos, todos.Excepticivación inducida. ¿En qué quedamos?

Los vídeos de esta semana:

ISRAEL-GAZA: MANIFESTACIONES en APOYO al PUEBLO PALESTINO y otras con el ISRAELÍ | RTVE Noticias del 15 de octubre.

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Esta ambición socialista – Polònia