La práctica de estos ejercicios puede resultar muy útil para las mujeres embarazadas, ya que, tras el parto, son muchos los casos en los que se produce incontinencia urinaria y hemorroides. Asimismo, especialistas señalan que las mujeres que practican estos ejercicios tendrán partos más fáciles y con una menor tendencia a sufrir desgarros, por lo que también son útiles antes del momento de parir.
Y es que, mediante esta técnica, se fortalecen y sostienen los músculos del suelo pélvico, que sirven para sostener la vejiga, la uretra, el útero y el recto.
Los ejercicios de Kegel sirven para fortalecer el suelo pélvico
Así, el doctor Arnorld H.
Kegel inventó una serie de ejercicios que sirven para entrenar estos músculos, en concreto, el denominado músculo PC, que conecta el útero y la vejiga de la mujer y controla los movimientos de dichos músculos. De este modo, según indicaba Kegel, habrá que entrenarlos, para que estén fuertes y realicen correctamente sus funciones.
Lo primero será identificar correctamente cuáles son los músculos que deben ejercitarse. Lo cierto es que al principio puede resultar complicado o que se encuentre alguna dificultad sobre qué hacer para identificarlos. Aún así, existen dos opciones sencillas para ello. Por un lado, se puede pedir ayuda a una persona especializada, ya sea, un médico, enfermera o a un fisioterapeuta. Sin duda, le indicarán si hace los ejercicios de forma adecuada o si en cambio, está poniendo en juego otros músculos que no son los indicados.
Asimismo, también existe una forma sencilla de identificarlos mediante la micción. De este modo, en el momento en el que empiece a orinar, la mujer tendrá que parar y luego proseguir. En ese momento, en el que se detiene la salida de la orina, es cuando se contraen los músculos del suelo pélvico. Esta técnica sólo se utilizará para identificarlos pero no como ejercicio, ya que podría provocar infección de orina.
De este modo, al principio, lo más sencillo será que la mujer se coloque tumbada boca arriba, con las rodillas flexionadas, los pies en el suelo, intentando no arquear la zona lumbar, dejando la espalda totalmente pegada al suelo. Será entonces cuando deberá contraer estos músculos, aguantar y luego relajar. Puede empezarse con 10 ó 15 repeticiones cuatro veces al día e ir aumentando. Lo cierto es que se deberán hacer estos ejercicios de forma asidua y se recomienda llegar poco a poco hasta las 200 repeticiones al día para obtener resultados y tener los músculos del suelo pélvico fuertes y trabajados.
Variantes de los ejercicios de Kegel
Existen variantes a la hora de hacer los ejercicios, ya que pueden realizarse contracciones lentas, en las que se mantengan los músculos durante unos cinco segundos más o menos o, en cambio, rápidas. También hay otros denominados el ascensor y la onda. El primer caso consiste en hacer dicha contracción muscular por fases, haciendo cinco pequeñas contracciones hacia arriba y otras cinco hacia abajo, aguantando un segundo en cada una de ellas. Sin duda, este tipo de ejercicios requiere mayor esfuerzo que los anteriores y del mismo modo, mayor concentración, por lo que se acompañarán de una respiración adecuada. En cuanto a la onda consiste en hacer dichas contracciones de delante hacia atrás y luego relajarlos al revés.
Sin duda, estos ejercicios serán muy útiles y lo mejor es que, una vez que ya se tenga práctica en su realización, podrán hacerse durante cualquier momento del día y cualquier lugar. Además, aunque al principio cueste un poco, con perseverancia y constancia, se conseguirán fortalecer estos músculos.