El enemigo en casa: el mesianismo y el neoliberalismo, el populismo xenófobo de la extrema derecha y el fundamentalismo cristiano son los enemigos íntimos que ponen en peligro o vacían de contenido la democracia.
Más peligrosos y destructivos que otras amenazas que se usan como justificación, coartada, espantajos o cortinas de humo: la amenaza terrorista, el islamismo radical, las armas de destrucción masiva o los regímenes totalitarios. De ese peligro alerta Tzvetan Todorov en su reciente Los enemigos íntimos de la democracia, complementario de un ensayo anterior, La experiencia totalitaria.
Alerta, denuncia y propuesta. Porque una vez expuesto el verdadero carácter de los acechos y las regresiones en derechos y libertades, Todorov propone la resistencia y -pese a todo- confía en una primavera europea que recupere el sentido de la democracia y la preeminencia de los derechos y la política sobre los poderes fácticos: la economía, las oligarquías o los medios periodísticos que difunden su propaganda y sus manipulaciones. Santos Domínguez