Los errores del Quijote

Publicado el 23 septiembre 2015 por Desequilibros
Intencionados o fruto de descuidos, El Quijote está plagado de inconsistencias.
"La verdad es que cuando se dice algo en el Quijote tarde o temprano se contradice. ¿Por qué incluyó Cervantes tantos errores? ¿Cómo puede ser que la obra maestra de todos los tiempos sea la obra más descuidada de todos los tiempos?"
Vamos a ver brevemente a qué nos referimos.
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Les voy a desvelar un secreto: el Quijote dista mucho de ser la obra perfecta, redonda y pulida que la mayoría de la gente tiende a creer. Y quienes así piensan suelen ser precisamente aquellos que menos conocen la novela.
Como afirma Thomas A. Lathrop, de la Universidad de Delaware, en su ponencia Las contradicciones del Quijote explicadas: 
"La verdad es que cuando se dice algo en el Quijote tarde o temprano se contradice. ¿Por qué incluyó Cervantes tantos errores? ¿Cómo puede ser que la obra maestra de todos los tiempos sea la obra más descuidada de todos los tiempos? ¿Cómo puede ser el Quijote la obra más perfecta de todos los tiempos y a la vez la más imperfecta?
Y no hablamos de los "mitos" que el pueblo le ha adjudicado a la obra, como la famosa frase de "con la iglesia hemos topado": Don Quijote nunca se "topó" con la Iglesia; tampoco dijo Don Quijote aquello de "ladran, luego cabalgamos".
Intencionados o fruto de descuidos El Quijote está plagado de inconsistencias. Seguramente esto es parte de su mérito. Pero vamos a ver brevemente a qué nos referimos.
• De entrada hay que decir que la Primera Parte del Quijote, publicada en 1605, estaba dividida, a su vez, en cuatro partes. Y al final Cervantes explica que
…don Quijote la tercera vez que salió de su casa fue a Zaragoza, donde se halló en unas famosas justas que en aquella ciudad se hicieron, y allí le pasaron cosas dignas de su valor y buen entendimiento.
Y termina con los epitafios de los principales personales: Don Quijote, Sancho y Dulcinea.
Esto parece sugerir que, en realidad, Cervantes no tenía intención de escribir una continuación. Hasta que el "pérfido" Avellaneda le convenció de lo contrario al protagonizar el plagio más sonado de la literatura.
Así que cuando Cervantes afrontó, todo parece indicar que apresuradamente, la continuación de su obra cometió uno de los errores más llamativos. A su segunda parte la llamó Segunda Parte, cuando la primera ya constaba de cuatro y debería haber sido la Quinta. Avellaneda sí era consciente de esta división interna de la obra cervantina y a su plagio lo llamó Segundo Tomoque contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras.
Lapsos temporales y espaciales.
La Primera y la Segunda partes son bastante diferentes en muchas cosas (entre la gestación de una y otra hay más de diez años); en la primera parte hace referencia a sucesos atemporales y lugares indefinidos mientras que en la segunda ya trata temas relevantes de su tiempo y sitúa muchos de los sucesos en lugares que conocía directamente, como el caso de Barcelona.
Como afirma Care Santos en Vindicación del error en El Quijote:
En la primera parte… si se nombran ciudades no es para que deambulen por ellas sus personajes. Ni siquiera sabemos el lugar del que salió Don Quijote, ese «lugar de la Mancha de cuyo nombre» no es que no quiera acordarse, es que tal vez evita el autor por desconocimiento de la zona y para no caer en errores de bulto.
- La primera vez que sale Don Quijote es un día de julio; sin embargo, cuando Sancho escribe a su mujer unos cuatro meses después, todavía es julio;
- Hacia la mitad de la segunda parte es 16 de julio. Unos capítulos más tarde llegan a Barcelona en vísperas de San Juan (24 de junio).
- En la tercera salida, la que se relata en la segunda parte, inician su camino hacia Ruidera para luego dirigirse a Barcelona. Pues bien; recorren en dos jornadas, a lomos de asno y caballo, la distancia de unos 500 kilómetros que separan las Lagunas de Ruidera del Ebro.
- Justo antes de este magnífico desplazamiento ha tenido lugar el apisodio de la Cueva de Montesinos. Dice Care Santos:
Tampoco debió de bajar a la Cueva de Montesinos, porque cuando su personaje lo hace, pese a no llevar tea ni luz de ninguna clase, ve allí maravillas que luego describe con detalle. El Cervantes espeleólogo era, desde luego, peor que el Cervantes de imaginación desbordante.
En este mismo episodio se cita que fue un primo de un licenciado el que llevó a Don Quijote a la cueva; sin embargo, unos capítulos más adelante este primo se convierte en sobrino.
Los epígrafes de los capítulos y los capítulos mismos.
Como todo el mundo sabe, espero, los capítulos del Quijote comienzan con un epígrafe a modo de resumen introductorio. Quizá no hayan leído el Quijote pero hizo lo mismo Umberto Eco en El nombre de la rosa.
- Pues los capítulos 10, 29 y 30 de la primera parte no se corresponden con lo que el epigrafe anuncia. Y en el 36 dice que "trata de la brava y descomunal batalla" que en realidad ha terminado en el capítulo anterior. ¿Es posible que ni el propio Cervante supiera de qué trataba su propio libro?
- En la primera parte no hay epígrafe ni capítulo 43; salta directamente del 42 al 44.
Algunos de estos errores han sido corregidos por los sucesivos editores pero para Thomas A. Lathrop fue del todo intencionado.
Estas imprecisiones se deben a que estos epígafes se solían introducir en la propia imprenta a la hora de completar el proceso de realización de los pliegos. Que Cervantes cometiera estos errores se puede deber a descuido, a que acaso no recordaba bien de qué trataba cada capítulo, pero bien pudo ser intencionado, en su afán de imitar y parodiar el estilo de las novelas de caballerías.
Rucio, el asno de Sancho Panza.
Conviene aclarar que el solípedo a cuyos lomos cabalga Sancho no tiene nombre sino que se alude a su color. No es negro ni marrón, sino rucio: de color pardo claro, blanquecino o canoso. ¿Por qué este agravio, si el caballo de Don Quijote sí tiene nombre propio (Rocinante, por si acaso?
Sin duda se trata de una manera de contraponer la importancia del linaje de unos y otros protagonistas, tan del gusto de las novelas de caballerías.
El propio Sancho padecerá también en sus propias carnes estas diferencias de nobleza, pues en él el Bálsamo de Fierabrás no surte los efectos benéficos deseados sino que le resulta nocivo:
…el estómago del pobre Sancho no debía de ser tan delicado como el de su amo, y así primero que vomitase le dieron tantas ansias y bascas con tantos trasudores y desmayos, que él pensó bien y verdaderamente que era llegada su última hora…
…comenzó el pobre escudero a desaguarse por entrambas canales con tanta priesa que la estera de enea, sobre quien se había vuelto a echar, ni la manta de angeo con que se cubría fueron más de provecho; sudaba y trasudaba con tales parasismos y accidentes, que no solamente él, sino todos pensaban que se le acababa la vida…
Un siempre circunspecto Don Quijote justifica estos efectos por la villanía de Sancho:
Yo creo, Sancho, que todo este mal te viene de no ser armado caballero, porque tengo para mí que este licor no debe de aprovechar a los que no lo son.
Sigamos con Rucio: en un momento dado de la Primera Parte le roban el Burro a Sancho. Pero Cervantes enmendó el momento en el que tuvo lugar el hurto de modo que durante toda la primera parte Rucio aparece y reaparece en varias ocasiones.
En la segunda parte, Cervantes intenta explicar estos misteriosos vaivenes: “por culpa de los impresores”, lo cual “ha dado en qué entender á muchos, que atribuían á poca memoria del autor la falta de emprenta”.
La esposa de Sancho Panza.
En el capítulo 36 de la Segunda Parte Sancho escribe una carta a su esposa: "Carta de Sancho Panza a Teresa Panza, su mujer".
Sin embargo, en el capítulo 52 de la Primera Parte, se dice textualmente:
…respondió Juana Panza, que así se llamaba la mujer de Sancho, aunque no eran parientes, sino porque se usa en la Mancha tomar las mujeres el apellido de sus maridos.
Y en el capítulo 50 de la Segunda Parte, el epígrafe adelanta "…el suceso que tuvo el paje que llevó la carta a Teresa Sancha mujer de Sancho Panza". ¿Otro nombre?
La edición online del Quijote del Centro Virtual Cervantes dice en este punto que puede tratarse de una errata de Cervantes, aunque no lo corrigen por las dudas. Consideremos que era frecuente en los pueblos (como lo sigue siendo hoy en día con los miembros de una misma familia) llamar a la mujer añadiéndole el nombre del marido en forma femenina para diferenciarla de otras con el mismo nombre.
¿Quién es el responsable de tales desmanes?
Cervantes le echa la culpa en varias ocasiones a las prisas y a los editores: "Las obras que se hacen apriesa nunca se acaban con la perfección que requieren". Y es que si conocieran el proceso de impresión de la época entenderían muchos de los errores y erratas de las primeras ediciones.
Torrente Ballester explica que "el Quijote pertenece a una época sin demasiada vacación por lo perfecto". Y apostilla: "La perfección es un valor estético para el que [los españoles] carecemos de sensibilidad".
Para Nabokov, que estudió el Quijote y llegó a impartir una serie de conferencias sobre la obra en la Universidad de Harvard en el curso académico 1951-1952:
"Da la impresión de que mientras escribía la segunda parte no tenía un ejemplar de la primera sobre la mesa, no lo hojeó nunca: parece recordar esa primera parte como la recordaría un lector medio, no como la recordaría un escritor"
También hay que señalar que Cervantes quiso escarmentar al plagiador Avellaneda modificando de forma intencionada el recorrido de las aventuras de Don Quijote y cuando cita en la verdadera Segunda Parte la imitación y a su autor en lo que es, seguramente, el único libro que leyó Don Quijote del que se tiene noticia expresa.
Sostiene Thomas A. Lathrop como explicación a tanto desajuste que todo esto es intencionado en Cervantes, que no hace otra cosa que imitar el estilo de los Libros de Caballerías, en concreto del Amadís de Gaula: un libro dividido en cuatro partes (como la primera parte del Quijote), la tendencia a cambiar parentescos, y el deseo expreso de Don Quijote de imitar a Amadis, explícito en varios pasajes de la obra Cervantina.
Sea como fuere, las lecturas del Quijote son infinitas. Por eso es la mejor obra de la literatura universal (en castellano, al menos) aunque no tenga tantos lectores como hagiógrafos.
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Bibliografía:
• Vindicación del error en El Quijote.
• Martín de Riquer; Para leer a Cervantes. Ed. Acantilado. 2003
• Thomas A. Lathop: Las contradicciones del Quijote explicadas. Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas 1989.
Imprecisiones del Quijote: cualquiera se equivoca… (De donde está sacada la ilustración de "No-burro" de Sancho).
• Vladimir Nabokov; Curso sobre el Quijote. RBA. 2010.
• Pérdida y recuperación del Asno de Sancho.
Exposición virtual: Ediciones académicas del Quijote. Universidad de Navarra.