Los espacios libres

Publicado el 16 enero 2020 por Trescuatrotres @tres4tres

Dentro de la táctica nos podemos encontrar con numerosos conceptos "invisibles" para un aficionado al fútbol, pero que los entrenadores debemos tener muy en cuenta.

Existe un principio ofensivo, que siempre está ahí, presente en cada jugada, muy determinante para que un equipo progrese en su fase ofensiva. Se trata de los espacios libres.

Podemos definir este concepto como aquellas zonas del terreno de juego que se encuentran libres de la presencia del contrario, porque previamente, un compañero del poseedor del balón y el adversario que le marca, lo han abandonado.

Este espacio libre, creado por el compañero que lo abandona arrastrando a su marcador, se convierte en un principio ofensivo si inmediata y posteriormente es ocupado por otro compañero y lo aprovecha al recibir el balón enviado por su compañero poseedor del mismo, en ese espacio libre de adversarios.

Por lo tanto, este principio táctico ofensivo se realiza cuando se cumplen las tres fases.

Las tres fases que componen este principio táctico ofensivo son:

1.- Creación del espacio libre, arrastrando al marcador: Es la fase de la creación de un espacio libre en una zona del campo, donde un jugador atacante se desplaza a otro punto del terreno de juego y el defensor que lo marca lo sigue. De esta forma queda desierto y creado un espacio libre en el terreno de juego.

2.- Ocupación del espacio libre, desplazándose y ocupándolo otro compañero: Es la fase de la ocupación del espacio libre, creado anteriormente, y se realiza cuando otro atacante se traslada a la zona libre recién creada. Lo eficaz es ocupar el espacio con un desmarque muy rápido.

3.- Aprovechamiento del espacio libre, llegando el balón a esa zona y a ese compañero en condiciones de ser jugado: Es la fase del aprovechamiento del espacio libre. El poseedor del balón realiza un pase al compañero que acaba de llegar al espacio libre. El pase debe hacerse lo más rápidamente posible, antes de que un defensor pueda acudir a marcar al jugador libre de marca. De no producirse este pase, el principio ofensivo de los espacios libres no se entiende por completo.

La creación, ocupación y aprovechamiento de los espacios libres requieren de aspectos como:

    Gran velocidad de ejecución, siendo importante el engaño.
    Una perfecta acción técnica del pase.
    Una buena coordinación entre compañeros en los desmarques.
    Una clara visión del terreno de juego.
    Una buena dosis de sacrificio.

Dentro de los espacios libres existen dos clases:

    Los ya generados por la propia disposición táctica o sistema empleado.
    Los creados, ocupados y aprovechados por movimientos de los jugadores en diferentes acciones.

Algunos de los objetivos de este principio son:

    Facilitar y cambiar el sentido del juego mediante cambios de orientación.
    Desorientar, desequilibrar y descolocar al adversario y combatir los marcajes al hombre.
    Conseguir profundidad y amplitud ofensiva.
    Cambiar el ritmo de juego.
    Proporcionar ayudas permanentes y apoyos constantes.
    Buscar posiciones favorables en el juego ofensivo.
    Ofrecer una movilidad ofensiva constante favoreciendo los desmarques de ruptura y dotando de fluidez al juego ofensivo.

Por lo tanto, este principio debe ser trabajado en los entrenamientos. Un equipo que entrene y realice bien este principio, además, realiza bien otros principios tácticos ofensivos.

Los equipos de fútbol que realizan este principio de forma eficaz, proporcionan desequilibrios en el rival, profundidad de ataque, cambios de ritmo y cambios de orientación en el juego.