Los espacios profundos

Publicado el 02 julio 2019 por Gabrielvl @gabrielvl05
Tomado de: Silo y la Ascesis: ... Otro punto muy importante es el descubrimiento de esa realidad psicológica en la que las situaciones y objetos están referidos verbalmente, conversacionalmente, mientras que las imágenes visuales, aunque existiendo, están más amortiguadas que las auditivas y suavemente kinestésicas de lo conversacional. Desde aquí se puede entender cómo el "trance", la entrada en ciertos ámbitos o espacios profundos no se efectúa por medio de  las imágenes "trazadoras" correspondientes a los cinco sentidos externos, sino a imágenes profundas que usando las trazadoras "externas" mueven al intracuerpo hacia los espacios profundos. Esto puede ilustrar lo que ocurre con la fijación hacia la "interioridad" de un yantra geométrico que va cada vez más a lo "interior de lo interior" de la figura (trazadora visual aparentemente estática pero que va imprimiendo un movimiento cada vez más interno a la visualización). En la fijación hacia la interioridad de un mantra la trazadora auditiva no es suficiente; se requiere que la interioridad de la verbalización se mueva (por repetición) hacia espacios cada vez más internos que va siguiendo el propio cuerpo gracias a la kinestesia del aparato de fonación. En suma, en cualquier trabajo hacia los espacios internos (y más que en cualquier otro caso, en trabajos para entrar en los espacios sagrados), hay un "trance", una desestructuración del "yo" cotidiano, que constituye la puerta de entrada a esos espacios tan profundos. Y, para poner ese "trance", un mecanismo como el de la verbalización es imprescindible. Por todo lo anterior, ejercicios simples como los de oraciones y contemplaciones de imágenes, son propedéuticos, introductorios a procesos más complejos que habilitan la "entrada". Todo esto debe ser reflexionado porque el camino de toda ascesis pasa por el perfeccionamiento de los mecanismos comentados.
Estamos en un punto sumamente importante: el de la entrada a los espacios internos en una forma comprendida y dirigida (que es imprescindible en toda ascesis). Desde luego que “entradas” hay en todo trance acompañado de desestructuración del “yo”, pero por cierto en todo trance se suele desconocer qué está pasando y, sobre todo, en qué dirección va. Sin duda que ese punto importante inspiró la Proyección y creo que debe quedar como una referencia que tomaremos en su momento para seguir avanzando. Creo que eso servirá también para acercar esos fenómenos a la comprensión en una “Psicología cuatro” que contiene varios de los elementos que ahora nos preocupan; es algo a lo que llamaríamos “Psicología trascendental” o “Psicología de las entradas a los espacios sagrados”. En la Proyección había varias “instrucciones” acerca de los movimientos internos y las imágenes correspondientes que eran sobre todo kinestésicas (de ojos y aparato de fonación: palabras, etc.). Por ello se habla como ejemplo de los yantras y mantras, pero no hay números o imágenes visuales decisivas que, sin embargo, aparecían en ciertas representaciones como traducciones de aquello.
Entrada Es necesario ubicarse en los espacios profundos. Una forma de entrar en estos espacios es la siguiente: Se comienza relajadamente y con los ojos cerrados. Se miran los párpados desde adentro. Cuando los ojos se aquietan (lo cual significa que no hay imágenes o ruidos mentales) la sensación de los párpados comienza a desplazarse hacia adentro, empujando la mirada hacia el interior hasta llegar a un espacio muy profundo. (Esto podría tener una concomitancia kinestésica: el movimiento de la cabeza hacia atrás.) Es en ese espacio profundo donde vamos a trabajar los pasos de la disciplina que hemos decidido previamente. Este movimiento hacia la interioridad se hace llevando el espacio de representación hacia adentro. Ejemplos de esto los tenemos en el uso de yantras, mantras, etc. También en la oración de Nicéforo y en diferentes ascesis. Todo esto sirve para entender las diferentes experiencias místicas. En ese espacio profundo uno podría permanecer sin hacer nada, esperando que algo se manifieste en el silencio (Nirvana). De esta manera Buda llegó a la iluminación. También podrían aparecer imágenes inspiradoras de todo tipo. A estas imágenes las llamamos conversiones.