Acostumbrados a que nos cobren 0,15€ por mensaje de texto (los casi extintos SMS) y que estos llegaran a ser algunas veces 1/3 del total de la factura, llega hace unos años una aplicación novedosa llamada Whatsapp que aprovecha las -en su momento incipientes- tarifas planas de datos y que -por tanto- sin coste extra, ya que su descarga es gratuíta, nos hace ahorrarnos una pasta y de paso convertir nuestros teléfonos en máquinas de chatear.
En un primer momento todo arranca con el chat de Blackberry, y la gente de Whatsapp se dió cuenta rápidamente que si conseguían desarrollar una aplicación multiplataforma y gratuíta, habría mercado suficiente para cargarse a los SMS (si las operadoras le daban "permiso"). Se hicieron imprescindibles, hasta el punto de que -especialmente en España- el Whatsapp se convierte en un driver de compra.
Y ahora, unos cuantos años después, resulta que Whatsapp decide que la aplicación deja de ser gratuita y que hay que pagar 0,89€ al año (0,07 € al mes, unas 12 pesetas al mes), y aquí se monta la de Dios!!
Los españoles somos así. No me hagas pagar 0,89€, pero tranquilos, que me compro un iPhone de 650€ sin pestañear. Porque una de las cosas me da prestigio (aunque lo lleven de igual modo altos directivos que camareros e incluso gente en la cola del paro), y la otra imagino que "atentará contra tus derechos".
Perdonad este momento de autocrítica y de insulto barato... pero somos unos ratas!! y un poco gilipollas, porque no nos tiembla la mano para gastarnos 100€ en una noche de cena y copas, y nos hacemos caquita si nos hacen pagar 0,89€ por una aplicación (cabe aquí recordar que con 6 SMS anuales, hubiéramos alcanzado el break even de este costoso servicio de mensajería).
Y ahora corren por la red bulos para saltarse el pago de tan costosa aplicación. E incluso parece que la gente de Whatsapp se ha echado atrás (si bien creo que volverán a declararlo de pago más pronto que tarde) fruto de la presión popular y -sobre todo- de la competencia feroz que puede venir no solo de LINE, su competidor natural, sino también de Facebook chat, de Viber, y de muchísimas otras plataformas (incluídas varias "empujadas" por los operadores).
Sea como sea, la lectura de toda esta película es evidente (al menos en mi opinión), y es que los españoles somos unas ratas ... pero unos ratas bastante tontos