Los espasmos del llanto en bebés y niños

Por Celia Garabaya @britishbubbles

El llanto es la forma más común que tiene el niño para comunicarse. Aunque en muchas ocasiones puede presentar alguna complicación durante éste. Uno de los casos son los espasmos del llanto. De los cuales vamos a hablar a continuación, para resolver todas las dudas que puedas tener. Desde los síntomas que notaremos en los niños hasta como tratar los casos de espasmos del llanto.

¿Qué son los espasmos?

Podemos definir los espasmos del llanto, como pausas que realiza en niño en la respiración durante momentos de mucho lloro o llantos. Es un reflejo involuntario con lo que el niño no tiene ningún control sobre ello.

Los efectos que tiene, consigue que sea una situación muy temida por los padres. Aunque en principio, no tiene que haber ningún problema ni pasar nada malo. El momento en que el niño se queda sin aire, es una situación de mucha angustia tanto para padres como para el niño. Por eso debemos estar preparados y saber que es algo normal.

¿Cuándo ocurren?

Los espasmos pueden comenzar a partir del segundo mes, más o menos. Aunque son más habituales desde el sexto mes. Lo normal, es que ellos mismos con el tiempo vayan desapareciendo poco a poco. Primero pasará más tiempo entre uno y otro, hasta que llegue un día en que no los vuelva a sufrir. Es raro que haya niños con más de 8 años que los padezcan. Se estima que los espasmos afectan a un 5% de la población infantil de España.

¿Por qué se producen?

No se conoce a ciencia cierta cual es la causa de los espasmos del llanto. Aunque el hecho que sucedan siempre justo después o durante una crisis de ansiedad fuerte. Ya sea por una rabieta, una situación de miedo, angustia para el niño… En algunos casos los niños pueden forzar el espasmo para salirse con la suya. Por eso, no conviene darle mucha importancia a los espasmos delante del niño.

Los síntomas de los espasmos.

Veamos los síntomas generales, ya que puede haber mucha diferencia entre los espasmos suaves, o casos extremos.

  1. Antes de nada el niño tiene que estar llorando mucho. Será lo que desencadenará los síntomas.
  2. Hace respiraciones rapidas.
  3. Al final hace una respiración muy larga.
  4. Comienza el primer síntoma más evidente es el cese de la respiración del niño después de haber cargado aire.
  5. Comenzarán movimientos bruscos, los conocidos como espasmos.
  6. Los ojos se le pueden poner en blanco.
  7. Los labios se tornan de un color azulado así como la piel.

¿Qué hacer ante los espasmos?

Paso a paso, veremos que es lo que tenemos que hacer cuando nos ocurre alguna de éstas situaciones con nuestro bebé o nuestro niño. No hace falta decir que tenemos que intentar mantener la calma lo mejor posible. Ya que los nervios lo único que consiguen es que molestemos o empeoremos la situación.

  1. Lo primero ante ésta situación. Es que el niño esté tumbado en un sitio seguro, como es la cama o incluso el suelo. Lo que permite que la sangre llegue mejor al cerebro y nos ayuda a evitar que se lesione por los movimientos bruscos.
  2. Un soplido en la cara del niño, puede ayudar a que el niño vuelva y recupere antes la respiración.
  3. Una vez que haya pasado trataremos de darle la menor importancia posible. Por lo menos delante del niño.
  4. Acudiremos al médico para contarle lo que ha sucedido y que pueda analizar todas las pruebas para confirmar que se trata de los espasmos del llanto.