Por mucho tiempo hemos tenido el concepto de que una mujer embarazada debe cuidar lo que come y hace para que su bebé tenga una vida sana, pero ¿Qué hay del papá? Ahora sabemos que también debe cuidar sus hábitos antes de la concepción.
Un artículo científico publicado en la revista “Cell Metabolism” concluye que la obesidad del padre, afecta el material genético que portan los espermatozoides epigenéticamente. En otras palabras un hombre con obesidad tiene más posibilidad de que sus hijos sufran de transtornos alimenticios y aunque eso ya se observaba empíricamente, ahora sabemos por que sucede.
El estudio se hizo en dos etapas, la primera comparando los espermatozoides de hombres delgados con obesos, y el segundo estudio comparando el antes y después de los espermatozoides de hombres obesos que pasaron por cirugía reductiva, con un año de diferencia. En el estudio donde encontraron que la obesidad afectaba a los marcadores epigenéticos relacionados con genes que se han encontrado que tienen que ver con el control del apetito (Los marcadores epigenéticos pueden controlar la expresión de los genes).
Pero ¿Cuál es la razón de que las costumbres de alimentación de los padres afecten a la progenie? En este caso, el autor principal del estudio Romain Barrès dice que es posible que esta adaptación se deba a que es común que en tiempos de abundancia los individuos buscaran abastecerse de energía para sobrevivir a hambrunas o enfermedades, de esta manera se promueve esta conducta en los hijos.
En nuestro mundo moderno lleno de azúcares, esta conducta es más nociva que benéfica, pero para nuestros antepasados esta era otra estrategia de supervivencia.
Aún hay muchos estudios que hacer en como nuestros hábitos pueden afectar a nuestra progenie, pero esto nos muestra que nuestros estilos de vida pueden ser importantes para la salud de nuestros hijos incluso antes de ser concebidos y esto incluye tanto padres como madres.
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