Los Estados Unidos decretan el embargo comercial del Japón 26/07/1941

Por Lupulox


Barriles de petróleo amontonados en una refinería de Texas que nunca llegarán a ser enviados a Japón.

Camaradas,
El Presidente Roosevelt, ante el acuerdo alcanzado entre Francia Vichy y Japón para que este último establezca bases militares en la Indochina Francesa, ni corto ni perezoso, ha decidido congelar las cuentas bancarias de empresas e individuos de nacionalidad japonesa situados en los Estados Unidos y suspender las relaciones comerciales japonesas entre ambas naciones en respuesta, según ha dicho, al “incipiente expansionismo nipón en el sudeste asiático de los últimos días.”

Imperios coloniales en Asia.  A los pies de Holanda, Gran Bretaña y Estados Unidos.

Al tiempo, los Estados Unidos han corregido y aumentado su propio expansionismo colonial en el sudeste asiático, creando un nuevo mando para las Fuerzas Estadounidenses de Extremo Oriente (USAFFE), con base en Manila e integrando a las Fuerzas Armadas de las Filipinas dentro de la estructura del Ejército Norteamericano. El General Douglas MacArthur ha sido enviado para asumir el mando de las tropas norteamericanas en el Lejano Oriente. MacArthur ha declarado tener confianza en que las Filipinas puedan ser defendidas si la guerra se extiende a Extremo Oriente.

El General MacArthur y su pipa, o su pipa y el General MacArthur.

Además, mediante una orden ejecutiva emitida anoche, el Presidente Roosevelt ha sometido al control del Gobierno de Estados Unidos todas las transacciones financieras en los que haya involucrados intereses japoneses. En total, la congelación de los activos japoneses ascenderá a más de 33 millones de libras esterlinas. Por si esto no fuera poco, también ha cerrado el Canal de Panamá al tránsito de buques japoneses.

Con el rostro sereno, Roosevelt firma el documento que condenará a más de cien millones de japoneses a la miseria, el hambre y el frío.

En perfecta sincronía, los Gobiernos del Reino Unido y el de Holanda (en el exilio) han anunciado restricciones similares sobre todos los encargos relacionados con propiedades japonesas en los territorios controlados por ellos. Por petición del Gobierno de China, la congelación también se ha aplicado a los valores chinos para tratar de frustrar los intentos japoneses de aprovecharse de su posición como potencia ocupante de los principales centros financieros chinos.


Fotografía de dos niños japoneses a los que los Aliados, en comandita con los Estados Unidos, pretenden negar el sustento y la energía.  ¿Cómo irán ahora al colegio Akira Manago y su hermana, si su autobús escolar no tiene gasolina?

Así, de un plumazo. Japón ha perdido el 88% por ciento de sus importaciones de petróleo y la mayoría de sus suministros de trigo, algodón, zinc, hierro, bauxita y manganeso. Igualmente, sus dos principales mercados de exportación: plata a Estados Unidos por valor de 55 millones de libras esterlinas y telas de algodón a Gran Bretaña por valor de 40 millones de libras esterlinas, han desaparecido.

Imagen de propaganda británica en la que se sugiere que el Führer lleva a Japón hacia la senda del "centenar de sanciones, bloqueos y problemas." No en vano, mediante este embargo y estas sanciones, los Estados Unidos pretenden convencer a Japón a que se retire de Indochina, repudie el Pacto Tripartito y abandone la guerra con China.  Mucho nos tememos que no obtendrá ni una cosa ni otra ni la de más allá y que el tiro, literalmente, le va a salir por la culata.

El Imperio Japonés, falto de materias primas, altamente industrializado y superpoblado, se encuentra ahora en un difícil atolladero. Las potencias occidentales afincadas en Asia han decretado que la primera potencia asiática se vea reducida a la miseria. ¿Qué salida le queda ahora?  ¿Resignarse a una lenta muerte o luchar por su supervivencia al lado de Alemania e Italia?  ¿Realmente es esto lo que quiere, señor Roosevelt?

Es lebe Japan!Es lebe die Achsenmächte!