Imagen: erecatsa.blogspot.com
Seguimos batiendo records. El último, el del crecimiento de los Expedientes de Regulación de Empleo en nuestro país que en tan solo 5 meses ha subido un 66% respecto al mismo periodo del pasado año. Un dato alarmante sobre todo por lo que significa un Expediente de Regulación de Empleo y que no es otra cosa que la merma de los derechos o supresión de la actividad de los trabajadores.
Pero, ¿qué es lo que fundamenta que en una empresa, ya sea privada o pública se produzca una situación de este tipo? La más común, según indica el Ministerio de Empleo y Seguridad Social a través del Boletín de Estadísticas Laborales, las causas económicas. Siguiéndolas, a mucha distancia, las causas organizativas o de producción, las de fuerza mayor y, por último, las técnicas.
Pero el dato que demuestra lo nocivos que son estos ERE se refleja en que en los 13.518 que se autorizaron, 176.085 trabajadores se vieron afectados. Dato que habría que sumarle los no pactados que también infla la cifra. Y aunque es cierto que en algunos casos es la única alternativa que le queda a un empresario, en otros, ha sido la vía de escape ideal para aquellos que querían deshacerse de sus trabajadores sin que estos tuvieran oportunidad de defenderse.
Pero en este mundo hay de todo y aquellos que son honestos, responden con lo poco que les queda en su empresa para pagarle a sus trabajadores, ya sea con material de trabajo o incluso ofreciéndoles una vivienda sin pagar el alquiler, como pago a la indemnización que tenían que haber percibido y que por falta de liquidez nunca recibirán; como se diera el caso de un empresario de Madrid que tuvo conciencia y veló por aquellos que le han servido.
Pero como en todo cuento, siempre hay un malo; ese no es otro que aquel que se escuda en alternativas de este tipo sin valorar otras opciones porque su situación será la misma y porque en definitiva, ese trabajador tan solo es y será un número más. Así que, como siempre me gusta decir, no hay nada más importante que mantenerse en el centro de la balanza de la justicia porque llegará el día en el cual esa balanza se decante a favor del desfavorecido; lo que significará que el peso de la ley caerá sobre quienes no han obrado correctamente.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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