Por Victor Fernández.Probablemente, Steven Spielberg, sea uno de los directores más influyentes de la historia del cine moderno. Son muchos los cineastas que han bebido de su obra, directa o indirectamente, elaborando un nuevo concepto de cine comercial de autor hasta entonces nunca antes visto. Podríamos decir, que Spielberg es el fundador de un cine palomitero que en los 80 cambió por completo el panorama fílmico y que, de alguna manera, llega hasta nuestros días.Con una filmografía tan extensa y variada, tanto en el apartado de director como en el de productor, Spielberg tenía dentro de si toda una vida y memoria digna de ser llevada a la gran pantalla. Como ha ocurrido con muchos de los grandes cineastas de la historia del cine, sus vidas han acabado llegando, de un modo u otro, a las salas de cine, pero pocas veces vistas a través de sus propios ojos. Spielberg se ha adelantado a ello y ha querido traernos un trozo de su vida a las nuestras, probablemente aquella etapa de su existencia que más le influyó en su posterior carrera.Los Fabelman es la historia de una familia de Arizona contada desde los ojos del uno de los hijos, Sammy Fabelman. Influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad. Ambientada en los años 50 y 60, Los Fabelman se erige como un film autobiográfico en el que Spielberg plasma su propia infancia y juventud. El nacimiento de su amor por el cine y también su peculiar mirada hacia las emociones familiares que tanto han recorrido su filmografía.La película inicia su recorrido vital con el espectacular estreno de El mayor espectáculo del mundo (Cecille B. DeMille, 1952). El pequeño Sammy observa maravillado la espectacular escena de choque de trenes que tiene la famosa película protagonizada por James Steward y Charlton Heston. He aquí el primer síntoma de una película que va a respirar amor por el cine a través de todos sus costados. La gran pantalla ilumina el rostro del protagonista que pronto querrá replicar ese choque en su propia casa, con la maqueta que sus padres le regalan por Hanukkah.El pequeño Sammy comienza a rodar películas caseras con su propia familia. Hace historias en su casa, graba viajes o acampadas... Va creciendo y aprendiendo a través del visor de su pequeña cámara, hasta que esta le revela un gran secreto familiar que cambiará por completo su forma de ver la vida y le lanzará de lleno a la edad adulta. Spielberg utiliza su film como una especie de exorcismo para contar como su identidad se creo a través de las películas que marcaron su infancia, pero también como este mismo medio le descubrió la realidad de un mundo adulto hasta entonces desconocido para él.El cineasta centra su mirada en el drama familiar, navegando a través de una década donde los cambios de hogar por el trabajo de su padre afectan de manera definitiva a su vínculo familiar. También como su madre, la más cercana a él artísticamente hablando, se convierte en una persona con más secretos de los que imaginaba. Todo este drama, sumado al racismo que vivía la población judía en ciertos estados de Norteamérica, convierten Los Fabelman en una historia de autodescubrimiento que tiene al cine como motor de identidad y liberación.
Es curioso ver como Spielberg, uno de los directores más influyentes y citados de la historia, intenta alejarse por completo de las referencias directas a su cine, aunque podamos observar y comprender su interés por temas como la Segunda Guerra Mundial o la adolescencia. Sin embargo, lo que nos muestra de manera directa son aquellas películas que le influenciaron a él. La película no solo comienza con El mayor espectáculo del mundo, si no que continua con otros instantes de magia cinematográfica a través de proyecciones como la de El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962), que conecta directamente con un final que, probablemente, sea lo mejor de toda la película.Los Fabelman es una de las obras más interesantes de Spielberg a nivel dramático. Su melodrama nunca es excesivo, como le ocurre en otras ocasiones, ni busca la lágrima fácil. Construye una historia más adulta, que además encuentra un precioso refugio y homenaje en el séptimo arte. Cierto es, en cualquier caso, que este tema acaba quedando un poco eclipsado por el drama familiar, que en ocasiones se hace algo largo y repetitivo. Las dos horas y media de metraje tampoco ayudan a agilizar la historia, que puede acabar haciéndose algo larga.En cualquier caso, Los Fabelman es un film autobiográfico de lo más interesante, que emociona mucho en sus partes dirigidas al homenaje cinematográfico (el plano final dibuja una sonrisa lúcida en el espectador) y nos descubre también, en su parte más dramática, uno de los pilares fundamentales de la construcción de Spielberg como persona y cineasta. Quizá uno puede esperar algo más de emoción o conexión con algunos tramos de la película, pero es innegable que el talento de Spielberg aquí se muestra en un gran estado de forma.
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- ##check## Lo bueno
- Ver a un alter ego de Spielberg rodando sus primeras películas y el precioso homenaje a sus influencias cinematográficas.
La escena de cierre por su homenaje al cine y lo divertida que es.
- ##times## Lo malo
- Su larga duración ocasiona ciertos bajones en el ritmo del relato.
La historia personal y familiar del protagonista no acaba de conectar con el espectador.
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- Ambientación 9.0
- Muy buena. Hace una construcción de los años 50 y 60 perfectamente coherente con el espíritu del cine de aquella época y con las influencias de su propia obra.
- Desarrollo de Personajes 7.5
- Destaca mucho el desarrollo que los tres personajes principales (Sammy, su padre y su madre) tienen a lo largo de la película. Probablemente sea una de las cintas de Spielberg en la que los personajes se desarrollan más a través de los silencios y las imágenes.
- Argumento / Guion 6.0
- Es un drama bien construido y muy interesante en su mirada hacia el cine como elemento liberador y constructor de identidades. Aun así, acaba alargándose demasiado.
- Banda Sonora 8.0
- Gran banda sonora. Hace una perfecta construcción de la película, sin convertirse, como le ocurre otras veces a Spielberg, en un subrayador de emociones..
- Entretenimiento 6.0
- La película se ve con mucho agrado y durante su primera mitad se hace profundamente entretenida. En su segunda parte peca de duración y baja un poco nuestro interés hacia ella.
- Montaje / Innovación técnica 7.0
- Tiene un montaje muy emotivo, aunque es una película de aspecto muy clásico, con poca innovación en ese sentido.
Trailer:
Fuente Imágenes: Universal Pictures España