Los finales felices de Galavant

Publicado el 04 febrero 2016 por Magik
Este domingo la segunda temporada de Galavant llegó a su fin y el mundo es un poquito peor porque serie más mona, graciosa y original que esa no hay. Sin embargo, a sabiendas de que otra renovación milagrosa es difícil, esta entrega la han cerrado de forma tan bien pensada que sirve perfectamente como final cerrado, pero que deja la puerta abierta a esa posible tercera temporada.
Que, por cierto, señores de la ABC, por favor, por favor, renovadla por otros diez episodios. Sólo son diez episodios, mola mucho y así no tenéis que buscar otra serie con la que llenar el parón de Once upon a time o volveros locos programando. Anda, anda, por fa.

Eh, por intentarlo que no quede.
Bueno, ahora hablemos del final porque ha sido la monez y ha estado muy, muy bien. Desde el primer episodio se dibujaron los tres frentes a seguir (Galavant y Richard recorriendo el reino primero para devolver al segundo a casa y luego para rescatar a Isabella; ésta en el reino de Hortensia con las intrigas del hechicero y planificador de bodas Chester Wormwood y, finalmente, Gareth y Madalena enamorándose y haciendo el mal en Valencia) y, al final, han confluido en estos últimos episodios.
El juglar lo resume mejor que yo, pero bueno, es lo que tiene tener tanto flow.
La verdad es que me ha sorprendido lo ambiciosos que han sido argumentalmente hablando, sobre todo siendo Galavant una comedia con no demasiado presupuesto (aunque más lucido que el de otras series como Once upon a time, sin ir más lejos). La batalla a tres y el D’Dew (Dark Dark Evil Way) poniendo a todos los protagonistas en jaque y uniéndolos gracias al one true King ha sido algo más propio de una novela de fantasía que de una serie a que podemos considerar menor por ser chiquitita. Pero, eh, lo han sabido llevar estupendamente y les ha quedado un par de episodios finales de los más aparente.
Además, han seguido en esa tónica de incluir clichés del género y referencias a productos míticos del mismo, pero a su estilo y con muchas coñas: el rey para unirlos a todos al más puro estilo Arturo, la batalla final desesperada, una horda de zombies... Todo ha tenido su propio toque y ha servido para darles a los protagonistas su final feliz.
Empezando por nuestro héroe, Galavant, y su princesa, Isabella, que se han casado y se han mudado a una casa junto al mar para ser felices con siete o tres hijos. Todavía no se han puesto de acuerdo.

La verdad es que Isabella siempre me ha parecido el personaje más soso de todos y era el que menos me interesaba, pero la parte de Hortensia ha dado muy buenos momentos, sobre todo gracias a sus padres ("please, this isn't Game of thrones" es grandeza pura) y al bufón. Isabella ha actuado como la líder, el personaje razonable y valiente en contraposición con su entorno y me ha interesado más que la temporada pasada, sobre todo esa rivalidad con Madalena, que también era un cliché y se burlaban de él con canciones y llamándolo pelea de gatas.
Hablando de Madalena, ha sido uno de los personajes más interesantes de ver esta temporada. A mí Madalena, a pesar de ser la mala, siempre me ha molado porque, por un lado, Mallory Jansen tiene una gran vena cómica y, por otro, siempre ha sido un personaje que rompe los moldes. Por lo general, esa clase de villano sin alma y conquistador suele ser masculino, pero aquí era una mujer que tenía muy claras sus prioridades. Ni siquiera cuando se enamora de Gareth, cambia de opinión y elige el D’Dew y ser poderosa en lugar de una vida de hacer el mal junto a él.
Creo que en esta temporada se ha podido entender más a Madalena y, a pesar de sus esfuerzos de ser malvada, también hemos visto humanidad en ella: cómo la humillaron de pequeña, lo poco acostumbrada que está a sentir... Todo explicaba qué la movía y por qué actuaba como lo hacía.

Curiosamente, hasta ella ha conseguido su final feliz. De hecho, con Madalena han dejado esa puerta abierta a una nueva temporada, pero, al mismo tiempo, si termina la historia aquí, tampoco chirría su final: ella quería poder, deseaba el D’Dew y lo ha obtenido. Ahora, si no nos dan tercera temporada, podremos decidir nosotros si Gareth la salva de las garras del mal o si cada uno sigue por su lado: ella con la magia negra y él al lado de su mejor amigo.
Por cierto, qué bonito el reencuentro de Gareth y Richard con el primero quedándose a su lado en lugar de irse con Madalena.
Era ya lo que le faltaba a Richard para cumplir todos sus sueños, algo que se merecía, sobre todo tras la pedazo de evolución que ha tenido. Richard habrá sido el personaje que más ha cambiado a lo largo de las dos temporadas y lo mejor es que lo ha hecho de forma tan natural que ha quedado muy lógico. El Richard del episodio piloto al de este último episodio no pueden ser más diferentes: si en la primera temporada nos mostraron que era muy humano y tenía buen corazón, en esta segunda lo han convertido en un héroe.

La verdad es que Richard ha sido la adorabilidad hecha personaje durante toda la temporada. Sí, era un desastre que tenía mejores intenciones que resultados, pero precisamente por lo primero no quedaba otra que quererle. Siempre positivo, no ha dudado en ayudar a Galavant en su empresa de salvar a Isabella, aunque eso le supusiera ir a una muerte segura.
Pero, al final, su final ha sido el mejor de todos: no sólo se ha convertido en el rey justo que siempre había soñado, sino que ha recuperado a su amigo Gareth, ha conocido el amor verdadero (Roberta también es adorable como ella sola, qué chica más mona) y ha demostrado que tenía razón con respecto a Tad Cooper y esa última escena ha sido impagable. Tras haber estado toda la temporada defendiendo que Tad Cooper era un dragón y sin que nadie le creyera, ha tenido razón y ha molado mil.

Así que, bueno, si no la renuevan, aunque será un drama (jo, es que mola tanto que debería renovar), al menos nos habrán dejado un montón de golpes buenísimos, mucho humor metarreferencial (fan de la broma de Menken, el autor de las canciones), unos números musicales estupendos y un final a la altura para estos personajes tan chachis.
Pero, vamos, ABC, por favor, por favor, dadnos otra temporada. Anda, por fa.
Y, si no renováis Galavant, que venga Tad Cooper y os achicharre de lo lindo. Ja. Y, sí, pienso usar esa misma amenaza cuando os suplique desde aquí para una tercera temporada de Agent Carter. Que leerme, no me leeréis, pero por pedir que no quede.
PD: Celebremos la renovación de Olmos y Robles, ¿no? Y también que El ministerio del tiempo vuelve el lunes 15 de ferebro, lo que es fantabuloso total. Bueno, de hecho la segunda semana de febrero y la tercera se presentan muy interesantes seriéfilamente hablando, of course.