Bilbao, 1909
Se ha descubierto una segunda circular ofreciendo armas a los Superiores de las Comunidades religiosas.
El firmante de ella es el librero de Durango Florentino Elosu, gran amigo de los jesuitas de aquella residencia, a donde ahora son llevados marineros de la costa para hacer ejercicios espirituales, como antes se llevaba a obreros de las fábricas.
En la librería de Elosu hacen sus tertulias los jesuítas de Durango.
La circular dice:
"Muy Señor Mío: Debido a mis relaciones con importantes fábricas de armas de fuego, fijo su atención en las tres clases siguientes..." A continuación se recomienda tres marcas de pistolas carabinas y revólvers, haciendo constar la excelencia de las armas recomendadas. "Las pistolas, sobre todo -dice la circular-, son recomendables por la rapidez de los disparos y por resultar sus efectos mortíferos, a una distancia de 150 metros. Para mayor garantía, todas estas armas serán previamente probadas por personas de mi entera confianza, puesto que es de mucha importancia este detalle para el comprador". Lo más curioso de esa circular es que se incluye entre estampitas y santos, reclamos de libritos religiosos y hojitas con chistes de ingenio conventual, contra Galdós y otros demócratas. Ante la insistencia de los "pacíficos" frailes, veremos qué hace el Gobierno, ya que ha tratado con tanto rigor a los que emplearon armas en los sucesos de Barcelona y que no consiente que nadie las tenga sin licencia. El día que los armados frailes se echen a la calle, no quedará títere con cabeza...
La Voz de Menorca
24 Diciembre de 1909