Las próximas elecciones gallegas serán las primeras que se celebren con el pueblo español consciente de que los políticos deben ser castigados, sin excepción, por ser los principales culpables del gran drama que padece España. Es la primera vez que los ciudadanos se acercarán a las urnas conscientes de que los políticos merecen un severo castigo por sus traiciones y abusos, sabedores de que votar a un partido de oposición para castigar al que gobierna carece de sentido, ya que sólo se consigue que un inepto sustituya a otro o que un corrupto ocupe el lugar de otro político corrompido.
Los españoles demócratas miran a Galicia con esperanza, esperando que los gallegos apuesten masivamente por la protesta y el rechazo a una casta política que es el cáncer de España, lo que significaría votar masivamente en blanco, abstenerse de acudir a las urnas para colaborar con un sistema injusto y opresor o llenar las urnas con papeletas anuladas con leyendas que afeen a los políticos su comportamiento indecente e ignominioso.