Los ganadores y perdedores de la Huelga General

Publicado el 30 septiembre 2010 por Franky
El balance final de la jornada de huelga general revela que los ganadores han sido Zapatero y Esperanza Aguirre y los perdedores, los sindicatos y Mariano Rajoy. Pero los auténticos y tristes perdedores han sido, una vez más, la democracia española, que vuelve a demostrar que no existe, y el Estado de Derecho, que, al igual que la democracia, está podrido y sumido en una bacanal de corrupción, inmoralidad, irregularidades e indecencias.

Zapatero ha ganado porque siendo el verdadero responsable del desempleo masivo, del avance de la pobreza, del endeudamiento público desenfrenado, del despilfarro y de la pérdida ciudadana de derechos y conquistas sociales fundamentales, ha sido lo bastante hábil para escaparse de la huelga sin sufrir los daños que merece. Zapatero ha demostrado, mejor que en cualquier otro momento difícil del pasado, que es un manipulador nato, uno de los más hábiles e implacables mentirosos de la historia moderna de España.

Esperanza Aguirre ha ganado porque, a pesar de haberse enfrentado con gallardía y valor a la mafia sindical, denunciando los abusos y privilegios de la "casta" sindical y de su corte de liberados que cobran sin trabajar, ha logrado que Madrid no quedara paralizada por la huelga, que el pueblo de Madrid la apoyara en la difícil jornada y que los ciudadanos madrileños, demostrando que son la parte más decente y moral de la geografía política española, se enfrentaran, de manera ejemplar, al gansterismo de unos piquetes sindicales que, en muchos casos, merecieron la cárcel.

Los sindicatos, especialmente sus dirigentes profesionales, han perdido porque su imagen, ya deteriorada y despreciada por los españoles, ha descendido un poco más a las cloacas, agregando a sus viejos perfiles de vagos, aprovechados y cómplices del gobierno de Zapatero, nuevos rasgos como el de gansterismo y matonería antidemocráticas.

Rajoy se ha sumado al bando de los perdedores de la jornada de huelga por su tradicional cobardía y pasividad indolente, por su miedo a gritar las verdades que los españoles quieren escuchar y tienen derecho a oir y por su incapacidad para denunciar que Zapatero, el gran responsable del retroceso general de España, se está ocultando detrás de los sindicatos sometidos y comprados, eludiendo su responsabilidad suprema en el desastre español, como culpable máximo del desempleo masivo, del avance de la pobreza, de esas subidas de impuestos que castran el consumo, del despiñlfarro público, del endeudamiento demente, de la destrucción de gran parte del tejido productivo español y del hundimiento de la confianza y de la esperanza de todo un pueblo.

La patronal merece el premio a la imbecilidad. Con decenas de miles de empresas cerradas y legiones de empresarios en la ruina y el paro, sus representantes han sido incapaces de defender sus posturas en público, de demostrar que son más víctimas que verdugos en este carrera insensata por la destrucción de España y, con torpeza infinita, han permitido que los huelguistas, en las calles, les culpen de daños y errores que sólo son atribuibles a los sindicatos convocantes, cómplices de la política económica de Zapatero, al gobierno y a la inepta casta política española.