Gato otomano
Esta tolerancia a los gatos viene de la tradición islámica, en la que el gato es respetado e incluso adorado. Hay varias historias del profeta Mahoma y su gato favorito, Muezza, al que quería tanto que prefirió cortar el manto sobre el que este dormía para poder ponérselo antes que despertar al felino de su siesta. También hay un dicho popular que dice así: "Si matas a un gato debes construir una mezquita para poder ser perdonado por Dios". Ahí queda eso.En Estambul es común ver bandejas de comida y agua por las calles para los gatos... y cajas dispuestas para hacer de hogares gatunos, con agujeros para que entren y almohadones para que estén cómodos. Los propietarios de cafés les dan de comer y los gatos duermen felizmente cerca —o a veces junto— a las personas. La mayoría son cariñosos y no tienen miedo de acercarse; se nota que los tratan bien.
Las posibilidades fotográficas son innumerables, sobre todo con una ciudad tan fotogénica que a cada rincón nos sorprende. Por eso hoy os enseño tan sólo la primera parte de este álbum felino de Estambul... os contaré más (de los gatos y de la ciudad) en los próximos días.
¡Feliz fin de semana!
Junto a la Mezquita Azul
Gato relajado de las Islas Príncipe
Convivencia entre especies
Este gato de las Islas Príncipe pensé que estaba muerto porque ya había tenido un encuentro
con un pobre peludo el día anterior. :(
Por suerte sólo estaba tomando una buena siesta. :)
Desde un restaurante (en la 2.ª planta)
Al resguardo de la lluvia
Dentro de Hagia Sophia
Si os han gustado estas fotos, no dejéis de visitar el Tumblr Daily Cat Istanbul de For 91 Days, que documenta la vida felina de la ciudad en estos tres meses que están viviendo allí. Si no conocéis su proyecto viajero, os recomiendo que echéis un vistazo a su blog.
***